El precio de las vacaciones sigue siendo lo más importante, ¿pero qué hay del clima?

Mientras gran parte de España y el Mediterráneo meridional se enfrenta a incendios forestales mortales y combate temperaturas extremas, el sector turístico ha constatado que las personas ahora eligen sus destinos de vacaciones basándose en nuevos factores.

El precio sigue siendo lo primordial (la relación calidad-precio), pero también se toma en cuenta el clima.
Un estudio reciente en el Reino Unido reveló que el 63% de los británicos está cada vez más preocupado por el impacto del cambio climático y las temperaturas extremas durante los meses de la temporada alta estival; por ello, o bien optan por climas más frescos —Noruega ha registrado un aumento del 50% en reservas este verano— o bien viajan fuera de temporada.

Esta última tendencia podría ser una buena noticia para las Baleares si se aprovecha y se toma en serio.
Un mayor flujo de turistas en abril, mayo y luego de septiembre a noviembre contribuiría claramente a alargar la temporada, manteniendo abiertos hoteles y negocios turísticos, creando más empleo y generando más ingresos sin la presión del turismo de masas.

No se puede ignorar el cambio climático; hacerlo sería un desatino. Así que quizás, de entre todas estas trágicas catástrofes meteorológicas, pueda surgir algo positívo.

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