En Japón, se toman sus platos de ramen muy enserio. Los construyen como obras de arte, un banquete para la vista y luego para el estómago. Pero en los últimos años, el aumento de los platos estilo Jiro ha llevado la comida a una nueva cima de popularidad, y se dice que hasta Elon Musk y Keanu Reeves son grandes ‘Jiro-rianos’.
Jiro es, en resumen, una montaña de fideos, verduras, panceta de cerdo, ajo y caldo, servido en un plato enorme con un cucharón y unos palillos.
Los críticos dicen que es “demasiado de todo” – que le falta la finura normalmente asociada con la cocina japonesa. Pero como alguien cuya proporción ojo-estómago es constantemente cuestionada, tenía que probarlo.
Shoryu en Piccadilly Gardens en Manchester ha estado sirviendo almuerzos japoneses por como 16 años, saludando a cada invitado con un “irasshaimase” y un golpe en el pequeño tambor taiko de la pared.
Son un sitio establecido para comidas rápidas y sabrosas en una parte de la ciudad donde raramente tienes la oportunidad de sentarte por más de unos minutos para pensar.
¿Qué mejor lugar para lanzar el primer auténtico plato de ramen Jiro del Reino Unido? ¿O para desafiar a la gente a consumirlo en tiempo récord, ganándose así ramen gratis para todo un año?
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Llegué con la intención de romper un récord. No había desayunado, ni almorzado, y aunque mi hijo y yo compartimos unos edamames (£5.50) como entrada, todavía quedaba mucho espacio para el plato principal.
Mi hijo pidió del menú principal, una gran porción de tonkotsu de gambas con kimchi (£17.50) junto con unos Takoyaki crujientes (£9.50) – o sea, bolas de pulpo – que, créeme, son más ricos de lo que suenan.
Yo pedí el Jiro (£23). Me pareció que no hacerlo era de mala educación.
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Panceta de cerdo kakuni asada por ocho horas, grasa de lomo seabura extra, una montaña de brotes de soja y pak choi sobre un nido de fideos futomen gruesos y sumergidos en un caldo salado.
Le pregunté al camarero cuál era el tiempo más rápido en el tablero, y casi se me quita el hambre. Un comilón había logrado comerse todo esto en cuatro minutos y 59 segundos.
Consideré intentar el desafío por un segundo, pero luego recapacité. En cambio, intenté comer secretamente a un ritmo decente, solo para ver si alguna vez tuve una oportunidad.
Poco menos de 20 minutos después, tomé el último sorbo de caldo con el cucharón. Nunca tuve ninguna posibilidad de encabezar la tabla, pero disfruté cada bocado. Me había unido oficialmente al culto Jiro.
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La panceta estaba tan tierna que se deshacía en la boca, pero lo que realmente me llevé de esta comida fue el ajo intenso y sin complejos, que creó una experiencia profundamente satisfactoria y ‘sorbe-able’.
Todavía quedaba espacio para un postre pequeño. Yo pedí un sorbete de yuzu (£6.50), mi hijo un trío de helados de mochi (£9.50) – y fue exactamente el limpiador de paladar que necesitaba.
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Puede que el Jiro haya molestado a algunos sibaritas en Japón, pero a mí me ha ampliado los límites. Voy a pedirlo otra vez, y me voy a tomar mi tiempo también.
Aunque el desafío ya terminó, el plato de Ramen Jiro se ha extendido hasta el 31 de diciembre, por la gran demanda. Visita shoryuramen.com