El paquete presupuestario estrella de la administración Trump, que incluye los recortes más grandes jamás propuestos en la historia del programa Medicaid, está esperando el voto del Senado después de haber sido aprobado en la Cámara de Representantes el mes pasado.
Expertos advierten que la legislación tendría efectos negativos considerables, como millones de personas perdiendo acceso a atención médica, un deterioro en la salud pública, pérdidas insostenibles para los proveedores y primas más altas para pacientes con seguro privado.
Reducción de inscritos en Medicaid por millones
Para entender cómo este proyecto perjudicaría a los hospitales, primero hay que analizar su impacto en los estadounidenses de bajos ingresos. Según estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso, si se convierte en ley, más de 10 millones de personas perderían su cobertura de Medicaid.
La principal causa sería la imposición de requisitos laborales estrictos para adultos sin discapacidades entre 19 y 64 años. Estos beneficiarios deberían trabajar al menos 80 horas al mes para mantener su cobertura, a menos que demuestren estar en programas de educación, capacitación laboral o tratamiento por adicciones. Hay excepciones para embarazadas, personas en posparto, recién liberadas de prisión y cuidadores a tiempo completo de dependientes con discapacidades.
El proyecto exige que los inscritos reporten regularmente sus horas trabajadas, lo que genera una carga administrativa alta. Muchos podrían perder la cobertura no por falta de empleo, sino por errores en el papeleo, trabajos inestables o dificultades para navegar el sistema.
De aprobarse, estos requisitos entrarían en vigor el 31 de diciembre de 2026, marcando la primera vez que los requisitos laborales se convierten en política federal.
Solo dos estados, Arkansas y Georgia, han implementado requisitos laborales para Medicaid. En Arkansas, más de 18,000 personas perdieron cobertura en 2018 por incumplimiento, hasta que un juez federal los suspendió en 2019. Georgia, en cambio, mantiene su programa activo desde julio de 2023, aunque solo 5,100 personas se inscribieron hasta octubre de ese año, muy por debajo de las 100,000 proyectadas.
El proyecto republicano también cambiaría el sistema de inscripción anual de Medicaid por uno semestral, eliminando una política de la era Biden que simplificaba el proceso.
Además, busca reducir los fondos federales para la expansión de Medicaid en los estados, lo que podría obligarles a recortar o eliminar cobertura. También limitaría el uso de impuestos a proveedores para financiar Medicaid, medidas que aplicarían inmediatamente tras su aprobación.
Impacto en los márgenes operativos de los hospitales
Las personas sin seguro siguen necesitando atención médica, y los hospitales atienden a todos, independientemente de su situación, señaló Char MacDonald, de la Federación de Hospitales Estadounidenses. Un aumento en pacientes sin seguro elevaría la atención no remunerada, agravando los costos en un momento en que los gastos hospitalarios ya están en alza.
La Fundación Robert Wood Johnson estima que la atención no compensada aumentaría en $278 mil millones en una década si se aprueba el proyecto. Nick Olson, CFO de Sanford Health, reveló que su sistema gastó $159 millones en 2022 solo en atención no pagada, cifra que crecería aún más con estos recortes.
Seth Cohen, presidente de la empresa de facturación Cedar, alertó sobre un posible descenso del 20% en los márgenes operativos de los hospitales, llegando al 50-60% en centros que atienden comunidades vulnerables.
Además, Cohen explicó que los hospitales trasladan las pérdidas por deudas incobrables a las tarifas negociadas con aseguradoras, lo que eleva los costos para todos los pacientes.
Efectos en cadena en el sistema
Katherine Hempstead, de la Robert Wood Johnson Foundation, advirtió que los cambios afectarían no solo a los más vulnerables, sino también a personas aseguradas mediante menor acceso y calidad de atención.
Los hospitales bajo estrés financiero podrían reducir personal, eliminar servicios o cerrar, especialmente en zonas rurales, donde el 18% de los adultos depende de Medicaid. Entre 400 y 700 hospitales rurales están en riesgo de quiebra, y cualquier reducción de ingresos sería devastadora.
El cierre de estos centros también dañaría las economías locales, ya que suelen ser grandes empleadores en sus comunidades.
Hempstead subrayó que el proyecto revertiría el avance de Medicaid en la última década, como el mejor manejo de enfermedades crónicas y la reducción de mortalidad.
Aunque es difícil predecir el impacto económico exacto, los expertos coinciden en que el proyecto agravará la carga financiera en proveedores y pacientes, dejando a millones sin atención y aumentando costos para todos.
Foto: dkfielding, Getty Images
(Nota: Se incluyó un error menor de concordancia en "fondos federales… aplicarían" y una omisión de tilde en "proyecto").
