La Administración de Donald Trump posee un plan de posguerra para Gaza denominado “Gaza Reconstitution, Economic Acceleration and Transformation Trust (GREAT)”, el cual convertiría la franja palestina en una “administración fiduciaria” controlada por Estados Unidos durante un período de diez años, según informó The Washington Post el domingo 31 de agosto.
El documento de 38 páginas, revisado y reportado por el citado medio, contempla la reubicación temporal de toda la población gazatí —superior a los dos millones de personas—, ya sea mediante lo que describe como salidas “voluntarias” hacia otro país o hacia zonas restringidas y seguras dentro del enclave durante la reconstrucción.
El fideicomiso ofrecería a los propietarios de terrenos un token digital (¿posiblemente el token de Trump?) a cambio de los derechos de reurbanización de sus propiedades, usable para financiar una nueva vida en otro lugar o canjeable finalmente por un apartamento en una de las seis a ocho nuevas “ciudades inteligentes impulsadas por IA” que se construirían en Gaza. Según el Post, quienes decidan abandonar Gaza recibirían un pago único de $5000 y subsidios para cubrir cuatro años de alquiler en otro destino, además de alimentación por un año. El plan estima que cada partida individual ahorraría al fideicomiso unos $23 000, en comparación con el costo de vivienda temporal y los servicios de “soporte vital” en las zonas seguras para quienes permanezcan.
La “Riviera de Medio Oriente” de Trump
Personas familiarizadas con las conversaciones sobre la planificación y administración del fideicomiso para la posguerra en Gaza hablaron bajo condición de anonimato, indicó el influyente medio estadounidense. “La Casa Blanca remitió las consultas al Departamento de Estado, que declinó comentar. BCG afirmó que el trabajo en el plan no fue expresamente aprobado y que dos socios principales a cargo de la modelización financiera fueron posteriormente despedidos”, añadió.
The Washington Post también señaló que se desconoce si la propuesta detallada y comprehensiva del GREAT Trust es lo que Trump tiene en mente. No obstante, partes significativas del plan —según dos personas cercanas al mismo— fueron diseñadas explícitamente para materializar la visión presidencial de una “Riviera de Medio Oriente”.
El aspecto más atractivo del GREAT para Estados Unidos es que no requeriría financiación gubernamental ni dependería de donaciones. En su lugar, el plan se financiaría mediante inversión pública y privada en megaproyectos, incluyendo el desarrollo de ciudades inteligentes, plantas de vehículos eléctricos, centros de datos, complejos turísticos playeros y apartamentos en rascacielos.
¿Motivos humanitarios de Trump?
El 27 de agosto, Trump mantuvo una reunión en la Casa Blanca para discutir ideas destinadas a poner fin a la guerra —que se acerca ya a su segundo aniversario— y sobre el escenario posterior. Entre los asistentes figuraron el Secretario de Estado Marco Rubio y el enviado presidencial especial Steve Witkoff; el ex primer ministro británico Tony Blair, cuyas opiniones sobre el futuro de Gaza han sido solicitadas por la Administración Trump; y el yerno del presidente, Jared Kushner, quien manejó gran parte de las iniciativas para Medio Oriente durante el primer mandato y mantiene importantes intereses privados en la región.
“Es un plan muy comprehensivo el que estamos preparando para el ‘día después’ en Gaza”, declaró Witkoff a Fox News antes de una reunión de política sobre Gaza celebrada la semana pasada. “Mucha gente va a comprobar lo robusto que es, lo bienintencionado y cómo refleja los motivos humanitarios del presidente Trump”. Anteriormente, Trump había propuesto una toma de control total de Gaza por parte de EE.UU., junto con el desplazamiento permanente de los palestinos del territorio costero. Sin embargo, tras la oposición global y las acusaciones de “limpieza étnica” por parte de la ONU y otros expertos, el marco original de la idea fue abandonado.
