El empresario multimillonario Andrej Babis ha ganado las elecciones parlamentarias en la República Checa, aunque su partido populista ANO no logró una mayoría absoluta, según muestran los resultados preliminares.
Con las predicciones actuales, el partido ANO recibió un poco menos del 35% de los votos, lo que les da 81 escaños en la cámara baja, que tiene 200.
Se espera que Babis – quien fue primer ministro desde 2017 hasta 2021 – sea invitado para dirigir las conversaciones para formar una nueva coalición.
Estas elecciones no han traído grandes sorpresas, pero dejan muchas preguntas.
Pocos creían que la coalición actual de centroderecha sobreviviría. Pocos dudaban de que Babis quedaría en primer lugar. Pocos creían que ganaría los suficientes escaños para gobernar solo.
Todas esas predicciones – confirmadas por todas las encuestas de los últimos dos años – se han cumplido.
Esa es la parte fácil. Pero, ¿qué viene ahora?
Babis comenzará las conversaciones inmediatamente – quizás incluso esta misma noche – con los dos pequeños partidos de derecha euroescépticos que lograron superar el umbral del 5%: los automovilistas anti Pacto Verde, y el partido antiinmigración Libertad y Democracia Directa (SPD), liderado por el empresario checo-japonés Tomio Okamura.
Parece que Babis necesitará una alianza con ambos para formar un gobierno mayoritario.
ANO tendrá más en común con los Automovilistas. Los dos ya están en el mismo grupo del Parlamento Europeo – los “pro-soberanía” Patriotas por Europa, que Babis fundó junto con el húngaro Viktor Orban y el austriaco Herbert Kickl el año pasado.
ANO comparte las dudas de los Automovilistas sobre los objetivos de emisiones de la UE, y promete modificarlos o rechazarlos directamente.
Ambos partidos están firmemente en contra de que los hogares checos asuman una mayor carga financiera por una energía más limpia, y ambos se oponen a la prohibición de la UE de vender coches nuevos de gasolina y diésel después de 2035.
Las relaciones con el SPD podrían ser más complicadas.
Para empezar, el SPD luchó en estas elecciones en una alianza formal con varios partidos marginales de la ultraderecha, lo que significa que tendrán que ceder algunos de sus escaños a ellos. Y Okamura podría no tener control total sobre los diputados de su grupo – siempre es una receta para el desastre en la política de coalición.
Babis también ha descartado categóricamente permitir un referéndum sobre la pertenencia a la UE o a la OTAN – una prioridad política clave para el SPD.
El líder de ANO utilizó retórica antiucraniana en los últimos días de la campaña, criticando al gobierno de centroderecha por dar “a las madres checas nada, y a los ucranianos todo”.
Pero es probable que la petición de Okamura de deportar en masa a los refugiados ucranianos caiga en oídos sordos.
Al final, Babis podría decidir gobernar solo, en un gabinete minoritario apoyado por los Automovilistas y el SPD.
