El principal partido de oposición de Etiopía ha pedido a la Unión Africana que medie con el gobierno federal después de que la junta electoral revocara su estatus legal como partido.
El Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF) dijo que la medida de prohibirlo de cualquier actividad política era “peligrosa” y representaba una “grave amenaza” para el acuerdo de 2022 que puso fin a dos años de conflicto en la región norteña de Tigray.
El partido, que gobernó Tigray y dominó todo el país durante muchos años, fue prohibido el miércoles por no celebrar una asamblea general.
La decisión sigue a meses de tensiones políticas en Tigray y se produce antes de las elecciones nacionales que deben tener lugar a más tardar en junio del próximo año.
El partido lideró una coalición que llevó a cabo un golpe de estado en 1991 y gobernó Etiopía hasta 2018, cuando el primer ministro Abiy Ahmed asumió el poder.
Libró una brutal guerra civil de dos años contra el gobierno federal que terminó con un armisticio firmado en noviembre de 2022 después de que decenas de miles de personas murieran y millones fueran expulsadas de sus hogares en el norte de Etiopía.
El partido dirige la administración interina de Tigray que se estableció en 2023 como parte del acuerdo de paz, conocido como el acuerdo de paz de Pretoria.
Pero el partido no ha podido llevar a cabo elecciones internas debido a una división, con dos facciones que reclaman el control del partido.
La Junta Electoral Nacional de Etiopía, que supervisa la conducta de los partidos políticos, el miércoles “resolvió desregistrar formalmente” al TPLF por no haber celebrado una asamblea general.
Pero el partido ha protestado contra la medida y ha pedido a la Unión Africana que “presione” al gobierno federal para suspender la aplicación de la prohibición.
En una carta a la UA, el partido dijo que la prohibición “niega al TPLF un derecho que había recuperado a través del Acuerdo de Pretoria y representa una seria amenaza para los cimientos del proceso de paz”.
Añadió que el acuerdo de paz estipulaba que ambas partes reconocieran la legitimidad de la otra y que cualquier problema político debía resolverse a través del diálogo.
Ammanuel Assefa, vicepresidente del TPLF, dijo a la BBC que la decisión de la junta electoral podría “dañar el acuerdo de Pretoria”, lo cual “sería peligroso”.
“Esto no se trata solo del TPLF, sino también de socavar lo que la gente ha sacrificado”, agregó Ammanuel.
Los retrasos en la implementación de los términos del acuerdo, incluido el regreso de alrededor de un millón de personas desplazadas por la guerra, han alimentado el temor a una nueva violencia en Tigray.
Varios países, incluidos Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea, han advertido sobre la creciente tensión, diciendo que no debe haber “ningún retorno a la violencia”.
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[Getty Images/BBC]
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