El Papa León XIV va a declarar siete nuevos santos el domingo, incluyendo al primero de Papúa Nueva Guinea, un arzobispo asesinado en el genocidio armenio y un venezolano conocido como el “doctor de los pobres”.
También serán canonizados en la solemne ceremonia en la Plaza de San Pedro, con motivo del Día Mundial de las Misiones, tres monjas que dedicaron sus vidas a los pobres y enfermos, y el ex sacerdote satánico Bartolo Longo.
Nacido en 1841, este abogado italiano luego regresó a la fe católica y fundó el Santuario Pontificio de la Bienaventurada Virgen del Rosario de Pompeya.
Esta será la segunda canonización del Papa estadounidense desde que se convirtió en líder de la Iglesia Católica el 8 de mayo.
El mes pasado, proclamó santos a los italianos Carlo Acutis, un adolescente apodado el “Influencer de Dios” que difundió la fe en línea antes de morir a los 15 años en 2006, y a Pier Giorgio Frassati, considerado un modelo de caridad que murió en 1925 a los 24 años.
La canonización es el paso final hacia la santidad en la Iglesia Católica, y viene después de la beatificación.
Se requieren tres condiciones: lo más importante es que la persona haya realizado al menos dos milagros. También debe llevar fallecida al menos cinco años y haber llevado una vida cristiana ejemplar.
Entre los que serán proclamados santos el domingo están Peter To Rot, un catequista de Papúa Nueva Guinea asesinado durante la ocupación japonesa en la Segunda Guerra Mundial; el obispo armenio Ignazio Choukrallah Maloyan, asesinado por fuerzas turcas en 1915; y el venezolano José Gregorio Hernández Cisneros, un laico fallecido en 1919 a quien el difunto Papa Francisco llamó un “doctor cercano a los más débiles”.
También de Venezuela es María Carmen Elena Rendiles Martínez, una monja que nació sin el brazo izquierdo y que superó su discapacidad para fundar la Congregación de las Siervas de Jesús antes de su muerte en 1977. Ella se convierte en la primera santa mujer de este país sudamericano.
Las monjas italianas que serán canonizadas son Vicenza Maria Poloni, fundadora en el siglo XIX del Instituto de las Hermanas de la Misericordia de Verona, que se dedica principalmente al cuidado de enfermos en hospitales, y Maria Troncatti, de las Hijas de María Auxiliadora.
En la década de 1920, Troncatti llegó a Ecuador para dedicar su vida a ayudar a la población indígena del país.