El ocaso de los emblemáticos quioscos de Palma

La difícil situación de los tradicionales quioscos de Palma se hizo realmente patente en el verano de 2022. La empresa que entonces ostentaba la concesión —vigente desde 2010— dejó claro que no podía continuar bajo las condiciones contractuales existentes. Dicha empresa abonaba al ayuntamiento 90.000 euros anuales, mientras que las ventas habían caído en torno a un 60%.

Se buscaron soluciones, entre las cuales se incluyó una ampliación de los productos y servicios disponibles en los quioscos, que en su momento llegaron a ser siete en total. A principios de octubre del año pasado, una nueva empresa —Kemfactory— asumió la concesión. Uno de los socios era Sebastián Jiménez Grifith, también dueño de la cadena de cafés MDQ.

Dos de los quioscos —los de La Rambla y Porta Sant Antoni— habían cerrado de forma permanente. Permanecieron cinco. Se llevaron a cabo obras de renovación. Además de periódicos y revistas, los quioscos de nueva imagen venderían, entre otras cosas, bebidas, helados y bocadillos. Habría tarjetas de recarga y telefónicas, así como cajeros automáticos. El objetivo era hacer más atractivos los quioscos, los cuales ocupan ubicaciones estratégicas.

Apenas un año después, los socios —Sebastián Oriolli es el otro— estiman haber sufrido unas pérdidas de aproximadamente 130.000 euros. Han tenido que desembolsar dinero de su propio bolsillo para mantener los quioscos en funcionamiento hasta ahora. A finales de septiembre, cerrarán los quioscos de Plaça Espanya, Plaça Progrés, Plaça Mercat, Plaça Joan Carles I y del Mercado de Olivar. Las pérdidas económicas les han obligado a tomar esta desición.

Aunque tenían grandes esperanzas, sus expectativas no se han cumplido ni por asomo. Señalan que ni siquiera contaban con agua corriente para servir comida. “No hemos podido vender bebidas calientes como el chocolate o el café con leche porque el ayuntamiento nos dijo que competíamos con los cafés de alrededor. Tampoco hemos podido instalar los cajeros automáticos, lo cual nos hubiese reportado unos 2.000 euros mensuales de ingresos por quiosco y nos hubiera permitido equilibrar un poco las cuentas, posibilitando pagar la tasa mensual al ayuntamiento y los salarios de nuestros empleados.”

LEAR  Turistas sin recursos suficientes

“En Barcelona y Madrid, estos son negocios multiservicio. Esto es un golpe durísimo. Nos hubiera gustado continuar.” Pero tras haber invertido en la mejora de los quioscos solo para incurrir en pérdidas, no pueden seguir adelante. Todavía tienen que informar oficialmente al ayuntamiento de la decisión de cierre.