El buitre negro es una de las cuatro únicas especies de rapaces carroñeras en Europa. Crédito: Martin Mecnarowski/Shutterstock
Desapareció de los cielos italianos hace más de medio siglo. Pero ahora, una de las aves más esquivas y majestuosas de Europa ha regresado. Un buitre negro (Aegypius monachus), también conocido como buitre cinereo, fue recuperado el martes 3 de junio en Sampeyre, en el valle de Varaita. La especie se consideraba extinta en Italia desde los años 60.
Este ejemplar en particular, con una envergadura de casi tres metros, pertenece a una de las aves carroñeras más grandes del mundo. Su plumaje marrón oscuro, que rodea su cuello y cabeza como la capucha de un monje, le da su nombre evocador.
Según los investigadores, había viajado desde España y forma parte de un programa de rewilding supervisado por el Ministerio de Medio Ambiente español.
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Durante varios días, agentes forestales monitorearon los movimientos del buitre en el valle, sospechando desde un principio que podría estar en peligro. El martes, en colaboración con personal del Centro de Recuperación de Fauna de Bernezzo y Arianna Menzano, directora médica del Parque de los Alpes Marítimos, el ave fue capturada con éxito.
Debilitado y hambriento
El buitre estaba severamente por debajo de su peso, con solo 4.4 kg, muy por debajo del promedio para un ave de su tamaño. Fue trasladado al centro de Bernezzo para atención veterinaria inmediata. Los anillos de identificación confirmaron su origen español, y los veterinarios iniciaron protocolos de tratamiento y monitoreo de inmediato. El ave se está recuperando y alimentando por sí misma, bajo observación constante para garantizar su rehabilitación completa.
Un papel vital en los ecosistemas europeos
El buitre negro es una de las cuatro especies de rapaces carroñeras en Europa, junto con el buitre leonado, el alimoche y el quebrantahuesos. Suele anidar en las copas de árboles altos, en áreas boscosas bien conservadas, y forma colonias dispersas. Al alimentarse principalmente de carroña, desempeña un rol ecológico crucial al prevenir enfermedades y mantener la biodiversidad.
Históricamente, fue erradicado de gran parte de su distribución europea, incluido el noreste de la Península Ibérica, debido a la destrucción de hábitats y la persecución directa. A fines del siglo XIX, había desaparecido de los Pirineos.
Una lenta recuperación, 150 años en proceso
En 2007, la Generalitat de Catalunya lanzó una iniciativa de reintroducción para restaurar la especie en la región prepirenaica y conectar las poblaciones ibéricas y centroeuropeas, mejorando la diversidad genética y reduciendo riesgos de extinción.
En 2024, el grupo conservacionista Trenca reportó 66 buitres negros en la Reserva Nacional de Caza de Boumort, entre Pallars y Alt Urgell, el 57% machos. Se establecieron 19 parejas reproductoras y nacieron 11 polluelos, de los cuales nueve emplumaron con éxito y seis fueron equipados con transmisores GPS para estudiar sus movimientos.
Esta colonia catalana incluye ahora 66 individuos, algunos reintroducidos, otros nacidos en libertad y nueve procedentes de otras poblaciones (tres de Francia y seis de otras zonas de España). Aunque las tasas de reproducción y productividad mejoran, aún están por debajo del promedio nacional.
El extraordinario viaje de un ave
Como en años anteriores, el rastreo GPS en 2024 reveló datos fascinantes. Una hembra, Baürta, nacida en 2023, fue seguida hasta Senegal, una migración asombrosa. Los expertos afirman que el monitoreo continuo es esencial para entender movimientos locales y de larga distancia, mejorar el éxito reproductivo e identificar amenazas.
El objetivo a largo plazo se está cumpliendo: el macizo prepirenaico vuelve a albergar una especie clave para el funcionamiento del ecosistema. Aves necrófagas como el buitre negro son eslabones cruciales en la cadena alimenticia, eliminando carroñas y manteniendo el paisaje saludable.
Enfrentando amenazas modernas
A pesar del progreso alentador, el buitre negro sigue clasificado como “vulnerable” tanto en Cataluña como en España. Las principales amenazas incluyen pérdida de hábitat, envenenamiento accidental y colisiones con infraestructuras humanas como tendidos eléctricos. Los esfuerzos de conservación siguen siendo críticos.
Una vez recuperado, el buitre rescatado en Sampeyre será liberado bajo acuerdos con el Ministerio de Medio Ambiente español, un aleteo más en el lento y silencioso regreso de una especie que se niega a desaparecer.
