El regatista mallorquín Hugo Ramón zarpó el miércoles 24 de septiembre a las 15:30 horas desde Les Sables d’Olonne, en Francia, para participar en su cuarta edición de La Boulangere Mini Transat, una regata oceánica en solitario reputada por ser una de las más exigentes físicamente.
El evento bienal desafía a 90 navegantes, quienes pilotan embarcaciones de 6,5 metros sin poder tener contacto con tierra durante la travesía de 4.000 millas náuticas. La primera etapa conduce a los participantes hasta Santa Cruz de La Palma, en las Islas Canarias, antes de atravesar el Atlántico con rumbo a Guadalupe.
Vientos moderados caracterizaron la salida, si bien un frente atlántico inminente llevó a los organizadores a establecer un waypoint obligatorio al noroeste del puerto para garantizar condiciones más seguras. El Cristalmina-Majorica de Ramón fue remolcado hasta la entrada del puerto a las 12:40 horas, ante los vítores de miles de personas congregadas en el muelle.
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Ramón, de 40 años, explicó los desafíos de la etapa inicial, mencionando su preoccupación por el complejo sistema meteorológico del Atlántico Norte. “El waypoint nos obliga a dirigirnos al norte para manejar las intensas rachas del frente. Se trata de preservar el barco, no solo de velocidad,” afirmó. Tras cruzar el Golfo de Vizcaya, los vientos impredecibles frente a la costa portuguesa podrían requerir un desvío táctico hacia África para alcanzar las Canarias. Para Ramón, un veterano del Real Club Náutico de Palma, esta prueba pone a prueba no solo la pericia, sino también la fortaleza anímica ante la intensa soledad.
