Este martes se vió una grúa afuera del Museo del Louvre en Paris, pero esta vez no era utilizada por ladrones de joyas para robar tesoros históricos nacionales.
En realidad, la máquina era operada por trabajadores de mantenimiento con cascos y chalecos reflectantes, mientras un equipo instalaba barras de metal en la ya infame ventana del segundo piso.
El 19 de octubre, un grupo de ladrones disfrazados de obreros usó una plataforma elevadora para entrar por esa misma ventana. Los robadores accedieron a la Galería de Apolo y rompieron vitrinas para sustraer nueve piezas de joyería. Los cuatro sospechosos han sido arrestados y acusados, pero ninguna de las joyas ha sido recuperada, excepto una corona que se cayeron durante la huida.
Este robo puso al descubierto fallos de seguridad en el museo más visitado del mundo. Una auditoría reciente reveló que el 35% de las salas del Ala Denon, donde se exhibían las joyas, no tienen vigilancia por cámaras, según Radio Francia. Además, las gemas no tenían seguro privado, conforme a la ley francesa.
Trabajadores instalan barras de seguridad metálicas en la ventana por donde entraron los ladrones al Louvre en octubre.
Emma Da Silva / AP
El director del museo dijo en noviembre que se vienen otras mejoras de seguridad. La instalación de nuevos sistemas anti-intrusión debía comenzar a principios de diciembre, y se espera que más de 100 cámaras nuevas estén operativas para finales del 2026.
El Louvre no hizo comentarios públicos sobre la operación de seguridad del martes. Samuel Lasnel, de la empresa de mantenimiento Grima-Nacelles, dijo que él y su equipo llegaron antes del amanecer para llevar a cabo el importante trabajo de asegurar la ventana.
“Ya hemos trabajado en el Louvre —en el interior, en el exterior, dentro y fuera de la pirámide— hemos estado aquí varias veces”, comentó a The Associated Press. “El Louvre nos conoce bien.”