Geeta Pandey
BBC Noticias, Delhi
Samira Hussain
BBC Noticias, Dharamshala
AFP
El líder espiritual del budismo tibetano y ganador del Premio Nobel de la Paz alcanza un hito esta semana.
Cientos de seguidores del Dalái Lama se han reunido en el norte de la India para celebrar el 90 cumpleaños del líder espiritual tibetano en el exilio, mientras crece la expectativa de que podría dar pistas sobre su eventual sucesor.
El Dalái Lama lanzará un mensaje en video y una declaración el miércoles, según informó su oficina a la BBC, aunque no hay claridad sobre lo que dirá.
El Dalái Lama huyó a la India en 1959 después de un fallido levantamiento contra el dominio chino en el Tibet.
Estableció un gobierno en el exilio en la ciudad montañosa de Dharamsala y ha sido visto como una fuente alternativa de poder para quienes rechazan el estricto control de Pekín sobre el Tibet.
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El actor de Hollywood Richard Gere (derecha) es un seguidor de toda la vida del Dalái Lama.
El cumpleaños histórico del domingo será precedido por la Conferencia Religiosa Tibetana, que durará tres días y comenzará el miércoles por la mañana. Las celebraciones empezaron el lunes, fecha de su cumpleaños según el calendario lunar tibetano.
Más de 7,000 invitados asistirán a los festejos, incluidos varios ministros indios. El lunes, se vieron fotos del Dalái Lama bendiciendo al actor Richard Gere, su devoto seguidor.
El Dalái Lama había dicho que revelaría detalles sobre su sucesión cerca de su cumpleaños 90. Este lunes, mencionó que "habrá un marco para hablar sobre la continuidad de la institución de los Dalái Lamas", pero no dio más detalles.
En el pasado, el líder espiritual ha dudado sobre si continuar con esta institución de 600 años. Hace algunos años, sugirió que su sucesor podría ser una mujer o que quizá no habría sucesor.
Pero recientemente, ha dicho que si hay apoyo entre los tibetanos en el exilio—que lo hay—entonces la institución continuará y su oficina elegirá un sucesor.
Siempre ha insistido en que su sucesor nacerá fuera de China, algo que ha enfadado a Pekín.
Aunque el Dalái Lama aboga por una "vía media"—autogobierno dentro de China—Pekín lo considera separatista. China afirma que el nivel de vida en el Tibet ha mejorado mucho bajo su mandato.
Youdon Aukatsang, diputado en el parlamento tibetano en el exilio, dijo que no espera que esta semana se anuncie un "procedimento claro".
"Creo que todos esperan alguna revelación de Su Santidad sobre su reencarnación. Pero no espero algo muy concreto", dijo a la BBC.
El actual Dalái Lama, según él, "es una fuerza unificadora para el movimiento tibetano". Algunos temen que, sin un sucesor claro, el movimiento pueda debilitarse.
"La institución del Dalái Lama es clave para la lucha tibetana. Es un símbolo de identidad y refugio espiritual. Habrá un vacío, pero seguiremos adelante", explicó.
"Tenemos que llenar zapatos muy grandes, y no será fácil. Muchos tendrán que asumir ese rol; una sola persona no bastará".
Expertos dicen que, si anuncia un sucesor, China probablemente nombrará su propio Dalái Lama.
"China dirá que solo el Partido Comunista en Pekín tiene autoridad para encontrar la reencarnación", dijo Dibyesh Anand, profesor de Relaciones Internacionales.
"En unos meses o años, identificarán a un niño como el próximo Dalái Lama e lo impondrán. La mayoría de los tibetanos lo rechazarán, pero China tiene recursos para intentarlo".
Aukatsang afirma que Pekín ha "fracasado" en ganarse a los tibetanos. Un Dalái Lama elegido por China "no será reconocido ni por los tibetanos ni por el mundo", dijo.
"No me preocupa que tenga credibilidad en el mundo tibetano o budista".
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Más de 7,000 personas asistirán a las celebraciones del domingo.
Los budistas tibetanos creen en la reencarnación de sus líderes espirituales. El actual, el 14º Dalái Lama, nació en 1935 en una familia de agricultores. A los dos años, fue reconocido como la reencarnación de sus predecesores.
Según su biografía, cuando le mostraron objetos del anterior Dalái Lama, el niño dijo: "Es mío".
Fue entronizado antes de los cuatro años y educado en un monasterio. En 1950, tropas chinas invadieron el Tibet. En 1959, tras una revuelta fallida, huyó a la India con miles de seguidores.
Aún hoy, muchos exiliados sueñan con volver.
"Tengo fe en que volveré al Tibet. Si no yo, mis descendientes lo harán", dijo Lobsang Choedon, de 84 años.
Su nieto, Ngawang Lhundup, de 15 años, se siente profundamente conectado al Tibet.
"Si estuviera libre de la invasión china, estaría encantado de regresar", dijo.