El candidato a la alcaldía Zohran Mamdani tiene planes audaces para la ciudad de Nueva York. Propone crear tiendas de alimentos administradas por el gobierno, impulsar la construcción de viviendas, ofrecer transporte público gratuito y congelar los alquileres para inquilinos con subsidios.
Sin embargo, en la recta final hacia las primarias demócratas este martes, sus rivales y la prensa parecían obsesionados con sus posturas críticas frente al conflicto israelí-palestino. Mamdani, un defensor de los derechos palestinos, ha condenado los abusos de Israel y respaldado informes de organizaciones de derechos humanos que califican la ofensiva israelí en Gaza como un genocidio.
Lejos de moderarse, Mamdani se mantuvo firme en sus posiciones y logró una victoria contundente, superando al exgobernador Andrew Cuomo, quien contaba con amplio respaldo institucional y una campaña récord en financiamiento.
Sus seguidores ven este triunfo como un parteaguas en la política estadounidense: demuestra que las propuestas progresistas y la solidaridad con Palestina pueden ganar elecciones.
“Es monumental”, declaró Usamah Andrabi, vocero del grupo izquierdista Justice Democrats. “Mamdani prueba que es posible unir a la clase trabajadora contra los magnates y los intereses corporativos, sin ceder en principios fundamentales como denunciar el genocidio en Gaza“.
Aunque los resultados oficiales aún no son definitivos, Mamdani lideraba a Cuomo por más de siete puntos porcentuales con el 99% de los votos escrutados, prácticamente asegurando la nominación.
Se anticipa que su ventaja aumente gracias al sistema de votación por ranking de la ciudad, donde las papeletas se reasignan en rondas sucesivas.
Tras la concesión de derrota por parte de Cuomo, Mamdani celebró su triunfo, encaminándose así a convertirse en el próximo alcalde de la urbe más importante de EE.UU.
Nueva York es mayoritariamente demócrata, por lo que, como candidato oficial del partido, lo más probable es que gane cómodamente en las elecciones generales de noviembre. Un desenlace impensable cuando sus encuestas apenas rozaban el 1% en febrero.
«No claudicó»
Carismático y hábil en redes sociales, Mamdani —un legislador estatal de 33 años— construyó su base mediante campañas callejeras y contenido viral.
Tras las elecciones presidenciales de noviembre, dialogó con votantes y simpatizantes de Trump, captando su descontento con el establishment. En un video, varios prometieron apoyarlo para la alcaldía.
Su equipo destaca además el reclutamiento de miles de voluntarios que realizaron puerta a puerta para difundir su mensaje.
Heba Gowayed, socióloga de la Universidad de Nueva York (CUNY), señaló que muchos jóvenes se sumaron a su campaña precisamente por su crítica a las políticas israelíes.
«Que se negara a dar marcha atrás en su postura sobre Palestina es enorme», afirmó Gowayed. «En un contexto donde te dicen que eso es un suicidio político, él no solo la mantuvo, sino que la hizo eje de su movimiento».
De haber cedido, habría perdido el impulso que lo llevó a la victoria. Según Gowayed, su firmeza frente a Palestina «fortaleció su campaña».
«Un cambio de paradigma»
Analistas como Beth Miller de Jewish Voice for Peace consideran que Cuomo cometió un error al centrar el debate en Medio Oriente.
El electorado demócrata muestra creciente rechazo al apoyo incondicional a Israel, especialmente tras las atrocidades en Gaza. Una encuesta de abril reveló que el 69% de los demócratas ven negativamente al estado israelí.
«Cuomo representa una mentalidad obsoleta», dijo Miller, cuya organización apoyó a Mamdani. «Su campaña demostró que defender los derechos palestinos no es una carga, sino un activo que movilizó a jóvenes, judíos progresistas y musulmanes».
Este resultado marca un contrapunto a las recientes derrotas de figuras como Jamaal Bowman, víctimas de la maquinaria de grupos proisraelíes que invierten millones en primarias demócratas.
«Estamos ante un punto de inflexión», concluyó Andrabi. «Quedó claro que respaldar el apartheid israelí no es ni buena política ni buen cálculo electoral».
