El número de okupas en el Aparthotel Sol y Mar en Cala Bona está disminuyendo. Ahora hay tres, dos españoles y un marroquí. Un cuarto okupa, Antonio, se fue el viernes. Firmó un documento con el administrador, Miquel Deyà, y en presencia de la Policía de Son Servera y la Guardia Civil.

En este documento se establecía que había entregado voluntariamente la llave del apartamento que estaba ocupando. Se dejaba claro que no había pedido dinero para irse, que no se tomaría ninguna acción civil o penal en su contra y que el hotel no debería exigir el pago por ningún daño.

La Guardia Civil ha adoptado una estrategia de espera. Los agentes han rodeado prácticamente las instalaciones, impidiendo que nadie entre o salga (excepto para finalmente desocupar los apartamentos que han sido ocupados). No hay ni agua ni electricidad, aunque -como muestran las imágenes aquí- se está introduciendo agua potable de contrabando, aunque con cierta dificultad.

La gerencia ha erigido una valla de madera. La persona que pasa botellas de agua por encima de esta ha sido identificada como una de las primeras personas en haber ocupado el Sol y Mar. No pudo regresar debido a los controles que la Guardia había establecido.

Hace frío dentro del aparthotel. Sin electricidad, se espera que los tres okupas restantes pongan fin a su resistencia y se vayan. Cuánto tiempo pueda tardar esto está por verse.

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