El Boeing 747-8, utilizado por la familia real de Qatar, no ha impresionado a los controladores aéreos de Palma, quienes se han quejado de que “complica aún más su trabajo”. El Boeing 747 en el aeropuerto de Palma es similar al que el Emir de Qatar regaló al presidente Donald Trump.
El Emir y su familia están de vacaciones en la isla actualmente a bordo de su superyate, *Al Lusail*, navegando por la costa. Mientras tanto, su jet privado (más bien un superjet o palacio volador) permanece en espera.
B747-8 de la Familia Real Catarí en el aeropuerto de Palma.
Este avión (Clave F) en Palma complica la operativa ya que sólo tiene permitido aterrizar por una de las pistas (06L/24R). Posteriormente a su aterrizaje o despegue, dada su envergadura, se realiza una revisión de pista… pic.twitter.com/f246vl6FXk
— 😉Controladores Aéreos 🇪🇸 (@controladores) 30 de junio de 2025
“Complica nuestro trabajo debido a su tamaño. Solo puede aterrizar en una de las pistas. Tras su despegue, la pista debe ser inspeccionada para verificar si ha dejado restos o suciedad”, explicó el controlador en una publicación en X.
Además del Boeing 747-8 regalado a Estados Unidos, la familia real posee otros dos Boeing 747-8 Jumbo Jets, cada uno valorado entre 350 y 400 millones de dólares.
Conocidos como “palacios en el cielo”, están reservados para el gobernante de Qatar, el Emir Tamim bin Hamad Al Thani, y su círculo familiar cercano.