El gobierno holandés se derrumba tras la retirada del partido de Geert Wilders
El gobierno de los Países Bajos colapsó después de que Geert Wilders retirara su partido de extrema derecha de la coalición gobernante por un desacuerdo sobre migración.
El primer ministro Dick Schoof confirmó que renunciaría el martes y presentó la dimisión del gabinete al rey Willem-Alexander.
En declaraciones televisadas después de una reunión de emergencia, Schoof dijo que la decisión de Wilders de retirar el apoyo de su partido PVV fue "irresponsable e innecesaria".
"En mi opinión, esto no debió pasar", añadió.
La coalición gobernante duró menos de un año.
El conflicto que llevó a su caída surgió cuando Wilders exigió 10 medidas adicionales sobre asilo, como congelar solicitudes, detener la construcción de centros de acogida y limitar la reunificación familiar.
Schoof hizo un último llamado a los líderes de la coalición el martes, pero la reunión duró solo un minuto antes de que Wilders se fuera, terminando la alianza.
"Sin firmar nuestros planes de asilo. El PVV abandona la coalición", escribió Wilders en X.
Hubo sorpresa y enojo entre otros líderes políticos, quienes señalaron que varias exigencias de Wilders ya estaban en el acuerdo de coalición y que no se opondrían a su implementación.
Muchas de sus propuestas fueron rechazadas antes por preocupaciones legales.
La decisión de Wilders terminó con una frágil coalición formada en julio de 2024 tras meses de negociaciones.
Su partido antiinmigración, el PVV, era el más grande. Los otros miembros eran el VVD liberal-conservador, el Movimiento Campesino (BBB) y el Nuevo Contrato Social de centro.
Desde el inicio, la coalición parecía una alianza por conveniencia, marcada por peleas internas y dificultades para implementar políticas.
Tras su caída, los ex socios de Wilders lo acusaron de provocar la crisis. La líder del VVD, Dilan Yesilgoz, dijo que fue "super irresponsable" y que "no era sobre asilo".
"Creo que Wilders traiciona a los Países Bajos", dijo la viceprimera ministra Mona Keijzer del BBB.
Pero Wilders se muestra seguro. El martes dijo que busca ser primer ministro y que el PVV crezca en las próximas elecciones.
La economista Sandra Phlippen indicó que el impacto económico será mínimo, ya que el gobierno apenas hizo planes concretos en once meses.
Encuestas muestran que la extrema derecha y la izquierda verde están empatadas, con temas migratorios y económicos aumentando la volatilidad política en Europa.
Según Armida van Rij, Wilders quiso derribar el gobierno porque el apoyo a su partido baja en las encuestas.
Con la cumbre de la OTAN en La Haya este mes, los ministros de Schoof seguirán en funciones hasta las elecciones, probablemente en otoño.
En el sistema político holandés, ser primer ministro requiere una mayoría en el parlamento de 150 escaños.
Aunque Wilders supere expectativas, su decisión se ve como imprudente y podría dificultar futuras alianzas.
Los partidos que antes dudaron en aliarse con él ahora lo verán aún menos atractivo.
Además, al centrar la crisis en el asilo, Wilders probablemente lo usará en su campaña.
Pero tras casi un año gestionando migración, no hay garantías de que esta apuesta funcione.