Según datos publicados este mes por Kaufman Hall, las presiones laborales se mantuvieron como el principal desafío financiero para los hospitales y sistemas de salud en 2025.
La mano de obra sigue siendo el mayor gasto, con alrededor del 70% de las organizaciones llevando a cabo esfuerzos generalizados centrados en la optimización del personal.
"La tendencia interesante en este ámbito es que más de la mitad de los hospitales están considerando la externalización de actividades no esenciales. Esto siempre ha sido una tendencia en el sector, pero parece estar aumentando a medida que se busca mejorar competencias secundarias, como el servicio de alimentos, el ciclo de ingresos o recursos humanos," señaló Lance Robinson, director gerente de Kaufman Hall.
Al mismo tiempo, muchos hospitales están incrementando los salarios y ofreciendo bonos de incorporación para retener a los clínicos, ante tasas récord de rotación y jubilación.
Más allá de los salarios, los hospitales están replanteándose los modelos de atención, añadió Robinson. Se está poniendo más énfasis en equipos multidisciplinares, así como en invertir en tecnologías como la IA ambiental para reducir la carga administrativa y permitir que los clínicos trabajen en la cima de su capacitación.
Además de los desafíos laborales, las dificultades del ciclo de ingresos continúan tensionando las finanzas hospitalarias. Las denegaciones son un punto de presión persistente, y suelen deberse a problemas iniciales como la autorización previa, errores de elegibilidad, o una clasificación incorrecta del paciente o del entorno de atención, explicó Robinson.
Afirmó que los hospitales deben garantizar una coordinación más estrecha entre los equipos de ingresos y el personal clínico para prevenir errores antes de que las reclamaciones se envíen.
En lo que respecta a los médicos, una documentación insuficiente es un factor clave de las denegaciones, lo que subraya la necesidad de esfuerzos más focalizados en la mejora de la documentación clínica.
No obstante, los pagos insuficientes y los procesos de escalamiento con los pagadores generan más presión sobre estos equipos, requiriendo un tiempo y recursos significativos. A medida que los pagadores trasladan más trabajo administrativo a los proveedores, los hospitales dependen cada vez más de procesos tecnológicos más eficientes para manejar estas presiones sin incrementar aún más los costos.
Los costos de los suministros también son una gran preocupación, pues continúan en aumento, con los aranceles añadiendo incertidumbre.
Los hospitales están experimentando un crecimiento interanual del 6 al 10% en los gastos de suministros, similar a los niveles de 2023. Robinson comentó que no está claro cuánto se debe a los aranceles o a la inflación general, pero los sistemas de salud con más recursos están respondiendo redoblando el análisis de valor, involucrando a los médicos en la selección de productos, y utilizando de forma más estricta los contratos con GPOs y distribuidores para obtener mejores precios.
Señaló que los sistemas de salud con mayor escala generalmente están en mejor posición para manejar estas presiones, ya que se benefician de balances más sólidos y de mayor poder de negociación en contratación y personal.
Robinson enfatizó que los hospitales pequeños e independientes no carecen de opciones, especialmente si se centran en optimizar operaciones y controlar costos.
"Hay muchas cosas que todavía pueden hacer, y han demostrado que son capaces de hacerlas," afirmó.
Independientemente de su tamaño, considera que los hospitales deberán ser más estratégicos sobre dónde invertir y dónde buscar eficiencias. En 2026, el desempeño financiero estará cada vez más ligado a la ejecución y no solo a la posición en el mercado.
Foto: MicroStockHub, Getty Images