El Chapo y el Diputado Jesús

Kenya’s President William Ruto is known by many nicknames.

Some of the monikers he has acquired in recent years include Deputy Jesus, El Chapo, Hustler, and Chicken Seller.

These alternative names, whether affectionate or mocking, offer insight into the changing perceptions of him.

Ruto himself has joked about the trend of renaming him, acknowledging that Kenyans seem to enjoy giving him new labels.

Before becoming president, Ruto’s nicknames like Hustler and Chicken Seller portrayed him as a man of the people who understood their struggles.

However, as he rose to power, new, more critical nicknames emerged, reflecting public dissatisfaction with his leadership and policies.

Despite the barrage of negative names, Ruto’s government defends its actions and emphasizes the need for tax increases to fund projects and boost the economy.

While some forms of criticism, such as cartoons and images mocking the president, have been met with backlash from officials, the debate over Ruto’s leadership continues.

El Profesor Manyora dijo que esto debería ser visto como un signo de intolerancia por parte del gobierno.

Lachon Kiplimo, un estudiante universitario de 23 años, dijo que aunque apoyaba al presidente, algunas de las promesas que ha hecho a veces son “poco realistas”, lo que alimenta los apodos.

Citó el uso de El Chapo, refiriéndose al ex líder del narcotráfico mexicano, después de que Ruto prometiera una máquina que produciría un millón de chapatis (también conocidos como chapo en Kenia) todos los días para alimentar a los escolares en la capital.

Un chapati – una comida callejera popular en Kenia – también se conoce como un chapo [AFP / Getty Images]

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Sin embargo, el Sr. Kiplimo considera que la forma en que el presidente pasa por alto los apodos, y de hecho parece abrazarlos, muestra cuán fuerte es.

El Profesor Manyora cree que los jóvenes que inventan los apodos alternativos para el presidente lo hacen como una forma de catarsis, una manera de liberar la tensión.

Esta opinión es respaldada por Margaret Wairimu Kahura, una estudiante de 24 años, quien dijo que muchos kenianos “están sufriendo mucho”.

Ella siente que la burla es una forma de hacerle saber a Ruto cómo se sienten los jóvenes.

Ella dice que ningún otro presidente keniano ha sido objeto de este nivel de burla, y “así que esto es único [pero] de una manera negativa”.

Es cierto que los presidentes anteriores han tenido apodos pero no han sido tantos.

El último presidente, Uhuru Kenyatta, fue llamado Kamwana (“niño joven”), Jayden (una referencia keniata a un niño mimado o perezoso) y Wamashati (por su amor a las camisas estampadas).

Su predecesor, Mwai Kibaki, era conocido como General Kiguoya (un general que tiene miedo) y Fence Sitter.

Quizás la era de las redes sociales, con su insaciable apetito por nuevo contenido para mantener entretenidas a las personas, ha aumentado la tendencia hacia los insultos.

Pero para muchos, como la Sra. Kahura, la cantidad de apodos para Ruto es un reflejo genuino de “los diferentes problemas que la gente está enfrentando”.

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[Getty Images/BBC]

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