Una medida de seguridad adicional en tiempo real que entra en vigor en octubre en toda la Eurozona responsabiliza a los usuarios de garantizar que los datos bancarios de los destinatarios de las transferencias sean correctos.
Se trata de la última fase de la implantación de las transferencias bancarias instantáneas en la Eurozona.
Desde el 9 de enero de este año, los bancos de la Eurozona están obligados a tener capacidad para recibir pagos instantáneos, como parte del Reglamento de Pagos Instantáneos (RPI) de la Comisión Europea, creado para actualizar y acelerar el proceso de pagos electrónicos del bloque.
A partir del 9 de octubre de 2025, los bancos de la Eurozona deberán poder también enviar pagos instantáneos, y el resto de instituciones financieras de la UE harán lo mismo a más tardar en 2027, lo que significa que todas las transferencias entre bancos de la UE se completarán en 10 segundos.
Se están reforzando los procesos de verificación y detección de fraude para reducir los riesgos asociados al procesamiento de pagos en tiempo real.
A partir del 9 de octubre, los bancos de la Eurozona implementarán un sistema de verificación en tiempo real para todas las transferencias bancarias conocido como Verificación del Beneficiario (VdB). Este sistema conlleva una nueva responsabilidad para los usuarios, quienes deben asegurarse de que el nombre del beneficiario ingresado coincida con el IBAN de la cuenta.
¿Cómo funciona la VdB?
Cuando una persona realiza una transferencia bancaria (instantánea o tradicional), su banco consulta automáticamente al banco del beneficiario para verificar la coincidencia entre el nombre ingresado y el nombre vinculado a la referencia de la cuenta mediante el número bancario IBAN. Esta verificación, realizada en tiempo real, puede arrojar uno de los cuatro resultados siguientes:
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Coincidencia exacta: El nombre y el IBAN concuerdan.
Coincidencia parcial: el nombre es similar pero no idéntico.
No coincide: El nombre no concuerda con el IBAN.
No se puede verificar: La cuenta no existe o no se puede verificar.
Se informará al cliente del resultado de la consulta –ya sea una coincidencia exacta o parcial, o si no coincide en absoluto, o si el banco no puede verificar la coincidencia– y podrá decidir corregir o confirmar su transferencia.
El nombre que aparece asociado al IBAN no será revelado.
Tras ser informado del resultado, el cliente puede corregir o confirmar su transferencia. “Incluso en caso de no coincidir, el cliente sigue siendo libre de ejecutar la transferencia, pero con pleno conocimiento de los hechos”, explica la Fédération Bancaire Française (FBF) en una guía en su sitio web.
En otras palabras, el banco ya no puede ser considerado responsable en caso de fraude o error.
La FBF también establece las mejores prácticas a adoptar con la introducción de este sistema, en particular, prestar atención a las alertas de discrepancia antes de confirmar una transferencia –y, sobre todo, “utilizar nombres completos y precisos”.
