El cambio climático causado por los humanos hizo que las condiciones cálidas, secas y ventosas que alimentaron los mortales incendios forestales en España y Portugal el mes pasado sean 40 veces más probables, dijeron investigadores el jueves.
La Península Ibérica experimentó temperaturas inusualmente altas durante todo agosto, con termómetros que superaron los 40°C en muchas áreas.
El calor persistente avivó los incendios forestales –principalmente en el norte de Portugal y el oeste y noroeste de España– que mataron a cuatro personas en cada país, forzaron la evacuación de miles y arrasaron vastas áreas de tierra.
En España, más de 380.000 hectáreas han ardido este año –un récord anual y casi cinco veces el promedio anual, según el Sistema Europeo de Información de Incendios Forestales.
Portugal ha perdido más de 280.000 hectáreas, casi tres veces el área que usualmente se quema en un año.
El cambio climático, causado principalmente por la quema de combustibles fósiles, hizo que el clima propenso a incendios sea aproximadamente 40 veces más probable y un 30 por ciento más intenso, dijeron investigadores europeos en un informe publicado por World Weather Attribution.
“Sin el calentamiento causado por el hombre, se esperarían condiciones climáticas de incendio igualmente severas menos de una vez cada 500 años, en lugar de una vez cada 15 años como son hoy”, dijo Theo Keeping, un investigador del Imperial College de Londres.
Estos períodos calurosos secan la vegetación rapidamente y pueden desencadenar incendios intensos que “pueden generar sus propios vientos, llevando a llamas más largas, brotes explosivos y el encendido de docenas de fuegos cercanos por brasas voladoras”, añadió.
España sufrió una ola de calor de 16 días en agosto que fue “la más intensa registrada”, con temperaturas promedio 4,6°C superiores a eventos anteriores, según la agencia nacional de meteorología AEMET.
Más de 1.100 muertes en España han sido vinculadas a la ola de calor de agosto, según un estimado publicado por el Instituto de Salud Carlos III.
Desde que comenzó a llevar registros en 1975, AEMET ha registrado 77 olas de calor en España, con seis que superaron el promedio en 4°C o más. Cinco de esas han ocurrido desde 2019.
La despoblación rural ha empeorado el impacto del cambio climático al dejar grandes áreas de tierra menos gestionadas, dijo Maja Vahlberg, una asesora del Centro Climático de la Cruz Roja y Media Luna Roja.
“La agricultura y el pastoreo tradicional declinan, reduciendo el control natural de la vegetación. La tierra que una vez fue habitada y trabajada se ha vuelto así más inflamable”, añadió.
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