Fue a Ibiza con los compas y volvió con una crisis de pareja, un corte de pelo capaz de revivir el feudalismo y el título de “Jefe Final de la Isla”.
Esa es la versión corta.
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Pero el señor Jack Kay, de 26 añitos y oriundo de Newcastle, lo logró con un solo baile, una cadena de oro tan gruesa que podrías amarrar un yate con ella, y un peinado que parece robado directamente del videojuego Rome: Total War.
En solo una semana, Kay pasó de ser cobrador de deudas de Durham a meme internacional. La internet lo bautizó como el “Jefe Final de Ibiza”, un título que normalmente se reserva para el villano final de un videojuego. La diferencia es que este jefe pelea con gafas de sol, cadenas y estilo en vez de espadas.
Cómo empezó y cómo va
Todo comenzó de manera inocente. El club Zero Six West subió un TikTok de Kay arrasando en la pista. Llevaba una camiseta negra de diseñador y sonreía como si acabara de conquistar el Imperio Romano.
El pie de foto decía: “¿Alguien conoce a esta leyenda absoluta? Tenemos 2 entradas gratis con su nombre”.
El vídeo explotó: más de 25 millones de visitas (y subiendo). Y con él, el mito. Otros asistentes subieron sus propios “avistamientos” del JEFE FINAL, cada clip añadiendo leña al fuego de su leyenda.
Marcas como Greggs y Currys se subieron al carro. Los memes lo compararon con Ringo Starr, el fraile Tuck y un muñeco de Lego recién pagado. Su look fue descrito como “Ibiza a las 11 AM, obligando al rey Juan a firmar la Carta Magna al mediodía”.
¿Drama romántico? Por supuesto
Llegó el giro obligatorio: drama amoroso. Según The Sun, su novia, Alisha Cook, lo dejó durante el viaje, harta de que priorizara la juerga con los colegas sobre el amor.
Pero las cosas cambian rápido. Ella recapacitó y volvió con él cuando su nueva fama era innegable. Comprensible: ¿cómo dejar a un tío que por fin recibe lo que merece y está a punto de consagrar su leyenda?
Un corte de €30 que generó memes (y mucho dinero)
Hasta su peluquero en Newcastle es parte de la historia. Ali Kurbani, de B&D Barbers en Blaydon, reveló los secretos del corte: “Degradado medio, algo de longitud arriba y el flequillo bien definido”.
Precio: solo 30€. Valor cultural: INCALCULABLE.
Kay ya firmó con la agencia Neon Management, viajó en un jet privado de 5 millones y tiene agenda llena en los clubs de Ibiza. Ha insinuado “grandes anuncios” a sus 127.000 (y subiendo) seguidores en Instagram, lo que en código influencer suele significar merchandising, criptomonedas o ambas.
El héroe que no sabíamos que necesitábamos
Como dijo la experta en PR Mayah Riaz: “Va a ganar muchísimo dinero. Tiene la trinidad del éxito viral: es cercano, apareció en el momento justo y es involuntariamente gracioso. La internet lo adora. Y en la economía de la fama actual, ese bombo orgánico puede convertirse en efectivo si lo gestiona bien”.
De momento, Kay parece dispuesto a exprimirlo. ¿Y por qué no? Llegó a Ibiza como un tío normal, viviendo en el piso de su novia y con un corte que parecía hecho con un bol.
Pero se va de la isla como meme andante, icono capilar y prueba viviente de que la fama te puede encontrar en cualquier lado; solo hay que estar listo para aprovecharla.
Y ahora probablemente sea el único humano que fue a Ibiza y volvió con más dinero del que llevaba.
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