En una ciudad como Marbella, rebosante de glamurosos beach clubs, locales con estrella Michelin y trampas para turistas que cobran precios desorbitados por comida mediocre, El Bigote, en Nueva Andalucía, ofrece algo refrescantemente distinto y a la vez familiar. Esta marisquería familiar y sin pretensiones evoca la sensación de entrar en el bar español de confianza de toda la vida; ese tipo de sitio donde el foco recae por completo en el marisco excepcional y ultrafresco, y no en interiores ostentosos o avistamientos de celebridades. Su nombre significa ‘bigote’ en inglés, pero hace referencia a las antenas de la langosta o el langostino.
Compromiso inquebrantable con la calidad
Lo que lo hace tan especial es su compromiso inquebrantable con la calidad: regentado durante más de 40 años por José Manuel, su esposa e hija, el restaurante se abastece de la mejor captura del día, tratándola con un respeto sencillo que permite que los sabores naturales brillen por sí mismos. Los conocedores de la zona juran que es el mejor marisco no solo de Marbella, sino de toda la Costa del Sol: excelencia auténtica y sin florituras en una zona dominada por el oropel sobrevalorado.
La decoración es humilde y directa, reflejando sus raíces como institución de barrio. Con manteles de papel, un interior estrecho con asientos básicos (algunos opinan que resulta un tanto apretado y no está impoluto) y sin lujos innecesarios, es la esencia de la Marbella auténtica y original. Pero eso forma parte de su encanto – muchos recomiendan, si es posible, conseguir una mesa en la pequeña terraza durante los meses más cálidos, donde se puede disfrutar del ambiente distendido bajo las sombrillas.
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La captura más fresca y saludable del día
La carta gira en torno al marisco más fresco, a menudo expuesto para que el cliente elija. Los entrantes merecen mucho la pena y son perfectos para compartir: no hay que perderse las coquinas (almejitas al vapor con un toque de ajo), la gamba blanca de Huelva o la gamba roja (langostinos dulces y suculentos, a la plancha o simplemente hervidos), las quisquillas o los carabineros (langostinos escarlata de sabor intenso). Una ensalada de tomate fresca o una mixta aportan un complemento ligero y saludable.
En cuanto a los platos principales, lo idóneo es optar por pescado salvaje a la plancha, como la merluza, el atún rojo (a menudo sublime en temporada) o las cigalas. Otras opciones muy apreciadas son la fritura malagueña bien hecha para compartir, el centollo, o platos más contundentes como el arroz con bogavante e, incluso, el rabo de toro, que supone una sorprendente alternativa alejada del marisco.
La carta de vinos está bien elegida para complementar los platos, con una sólida selección de blancos y rosados españoles – un Albariño o un Verdejo, por ejemplo, para un maridaje fresco. Los postres mantienen la simplicidad y son satisfactorios: opciones como la tarta de fruta casera o el flan redondean la comida con dulzura sin apagar los sabores frescos predominantes.
Los precios constituyen uno de los mayores atractivos de El Bigote – son notablemente razonables para el nivel de calidad ofrecido. Hay que esperar tarifas de mercado por el marisco premium (los langostinos y langostas pueden encarecer la cuenta si uno se excede), pero, en general, resulta mucho más asequible que establecimientos similares en Puerto Banús o en el centro de Marbella. Ofrece una relación calidad-precio excepcional que lo mantiene siempre lleno de una clientela local fiel.
Reservar es imprescindible – el local es pequeño e increíblemente popular, y suele tener la agenda completa con semanas de antelación. Hay que llamar al +34 686 05 82 60 (conviene ser persistente, pues a veces cuesta que atiendan), y tener en cuenta que algunos visitantes recientes mencionan una política de depósito de 20€ por persona (es recomendable confirmarlo al hacer la reserva). El Bigote se encuentra ubicado concretamente en la Calle Tirso de Molina, 106, en Nueva Andalucía, Marbella – a un corto trayecto en coche de los valles de golf o de Puerto Banús. Si se busca marisco auténtico e inolvidable, sin el ruido mediático habitual, este es el lugar indicado.