Los políticos locales de Barcelona han aprobado reducir el aforo máximo de visitantes permitido en una de las atracciones más populares de la ciudad.
A partir de 2027, el Parque Güell, el famoso parque público diseñado por el arquitecto modernista Antoni Gaudí, recibirá anualmente alrededor de 500.000 visitantes menos.
Actualmente, se ponen a la venta 4,5 millones de entradas para el parque cada año, con un coste de casi 20 euros por unidad. No obstante, esta cifra parece que descenderá a 4 millones tras una votación celebrada este miércoles en el pleno del ayuntamiento de la capital catalana.
Esta medida supondrá una reducción diaria del 11% en la afluencia de público en el parque de 12 hectáreas, lo que equivale a 1.365 visitantes menos cada día.
La propuesta fue impulsada por el partido de izquierdas e independentista ERC y se aprobó con el apoyo del PSC, formación gobernante y hermana del PSOE de Pedro Sánchez, junto con Barcelona en Comú, la derecha independentista de Junts per Catalunya y la extrema derecha de Vox. El conservador Partido Popular (PP) fue el único partido convencional que votó en contra del plan.
Los partidarios de la limitación argumentan que ayudará a preservar el patrimonio de este sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y a reducir el número de turistas que alteran la vida de los residentes en barrios colindantes como Horta-Guinardó y la trendy Gracia.
Jordi Coronas, concejal del ERC, calificó la medida como un “paso necesario”, si bien añadió que es preciso hacer más.
El año pasado, el parque acaparó titulares después de que unas protestas contra un desfile de moda de Louis Vuitton se tornaran violentas. Asistieron al evento celebridades como Emma Stone, Sophie Turner y Ana de Armas, lo que provocó la indignación de residentes locales que se manifestaron contra la “privatización del espacio público” y las molestias ocasionadas por la celebración del evento.
En vídeos difundidos en redes sociales se observaba cómo los manifestantes eran repelidos por decenas de agentes de los Mossos d’Esquadra equipados con antidisturbios y portando porras, cuando la protesta intentaba acceder al parque para interrumpir la pasarela. Una persona fue detenida y siete agentes resultaron heridos durante los altercados.
Los vecinos también mostraron su enfado al conocerse que una de las escalinatas del interior del parque sufrió daños durante los trabajos de montaje para el evento.
La decisión de esta semana de reducir el aforo del Park Güell es la última iniciativa destinada a calmar el creciente sentimiento antiturístico en Barcelona.
El año pasado, la alcaldesa de Barcelona anunció la prohibición de todos los alquileres turísticos para 2028, mientras que a principios de este año el ayuntamiento votó a favor de duplicar el impuesto turístico.
Algunos residentes consideran que las viviendas de uso turístico deberían reasignarse para los ciudadanos, muchos de los cuales han sido desplazados del centro urbano hacia los suburbios debido al aumento desmesurado de los precios de alquiler.
Aproximadamente 32 millones de personas visitan la ciudad cada año, famosa por sus emblemáticos monumentos como la Sagrada Familia y Las Ramblas.
