El avión supersónico silencioso

El X-59 de la NASA despega en su primer vuelo de prueba, marcando el inicio de una nueva era para los viajes supersónicos silenciosos.
Crédito: Lockheed Martin

Por primera vez en más de dos décadas, la barrera del sonido ha sido rota de nuevo; en esta ocasión, de forma casi silenciosa.

El elegante avión experimental de la NASA, el X-59, ha completado su primer vuelo, reavivando las esperanzas de recuperar los viajes de pasajeros supersónicos sin el ensordecedor estruendo que truncó dicho sueño en el pasado.

La aeronave, desarrollada con la división Skunk Works de Lockheed Martin, despegó desde Palmdale, California, para una prueba breve pero simbólica. Esta es la primera muestra tangible de lo que la NASA ha estado desarrollando desde 2016: un avión que podría hacer posible de nuevo los viajes a alta velocidad, pero sin el estampido sónico que hizo del Concorde un tema tan polémico.

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Una respuesta más silenciosa al estruendo del Concorde

Cuando el Concorde cruzaba los cielos en las décadas de 1980 y 1990, era la definición del viaje futurista: volar de Londres a Nueva York en menos de cuatro horas. Pero ese progreso tuvo un costo: un estampido sónico de 110 decibelios que podía sacudir edificios y alterar los nervios. Dicho ruido finalmente condujo a restricciones sobre los vuelos supersónicos sobre tierra firme y contribuyó a sellar el destino del Concorde tras su último vuelo en 2003.

Ahora, más de veinte años después, la NASA espera que el X-59 QueSST – acrónimo de Quiet Supersonic Technology – logre triunfar donde el Concorde fracasó. Su objetivo es reducir ese estampido a solo 75 decibelios, aproximadamente el sonido de una puerta de automóvil cerrándose.

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Durante su vuelo inaugural, la aeronave se mantuvo muy por debajo de su futura velocidad de crucero de Mach 1,4 (alrededor de 1.485 km/h), volando suavemente a unos 385 km/h para probar sus sistemas y controles. La siguiente fase de pruebas tendrá lugar en el Armstrong Flight Research Center de la NASA, cerca de la Base de la Fuerza Aérea Edwards, donde el jet intentará finalmente alcanzar velocidades supersónicas.

Un jet diseñado para silenciar el cielo

A primera vista, el X-59 parece sacado directamente de una película de ciencia ficción. Su nariz larga y afilada ocupa casi un tercio del avión, diseñada específicamente para dispersar las ondas de choque y suavizar el estampido sónico que normalmente ocurre cuando un avión rompe la barrera del sonido.

Es también uno de los pocos aviones en la historia cuyo piloto no puede ver directamente hacia adelante. En lugar de una ventana de cabina tradicional, el X-59 utiliza un Sistema de Visión Externa 4K compuesto por cámaras de alta resolución que proyectan una vista en directo de lo que tiene por delante.

La aeronave está impulsada por un motor General Electric F414-GE-100, del mismo tipo utilizado en los aviones de combate modernos, aunque este se encuentra ubicado en la parte superior del avión en lugar de en la inferior. Ese diseño ayuda a mantener la parte inferior lisa y reduce el ruido. Otros componentes proceden de diferentes aeronaves militares, una solución práctica para recortar costes y acelerar el desarrollo.

Una nueva era de velocidad silenciosa

El próximo desafío de la NASA no es solo técnico, sino también psicológico. La agencia planea sobrevolar el X-59 sobre comunidades seleccionadas de los Estados Unidos y pedir a los residentes que describan lo que escuchan. Si el sonido es lo suficientemente discreto, los reguladores podrían finalmente levantar la prohibición de los vuelos supersónicos sobre tierra firme, una medida vigente desde hace más de medio siglo.

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Si eso ocurre, podría abrir la puerta a una nueva generación de aeronaves comerciales de alta velocidad, capaces de transportar pasajeros por todo el mundo en un tiempo récord, sin molestar a quienes se encuentran en tierra.

Sean Duffy, administrador interino de la NASA, declaró tras el exitoso vuelo: “El X-59 es un símbolo de innovación y determinación. Muestra lo que sucede cuando traspasamos los límites; no solo yendo más rápido, sino también siendo más inteligentes y silenciosos.”

Han transcurrido más de 20 años desde que el mundo se despidió del Concorde. Ahora, con el X-59 de la NASA en el aire, es posible que esa despedida no sea para siempre después de todo.