El mercado inmobiliario español continúa su imparable ascenso, registrando una cifra récord de 64.730 ventas de viviendas en el mes de julio, la mayor cifra documentada desde que existen registros.
Este dato histórico llega inmediatamente después de conocerse que los precios de la vivienda a nivel nacional se encaminan a un aumento superior al 7% este año, con el valor medio de una vivienda a punto de superar por primera vez los 1.900 euros por metro cuadrado.
Para muchos, este boom en curso es un indicio del impulso económico, que contribuye al crecimiento regional; sin embargo, otros ven con recelo una creciente burbuja inmobiliaria que podría estallar en cualquier momento.
La cifra de julio fue la más alta jamás registrada para ese mes desde que el Instituto Nacional de Estadística (INE) comenzó a recopilar datos, y representa un 13,6% más que en julio de 2024.
De hecho, el único período mensual comparable es julio de 2007, cuando se registraron 63.371 transacciones.
No obstante, aquella cifra se produjo solo meses antes de que estallara la burbuja inmobiliaria española con la crisis financiera global de 2008.
El crecimiento de julio fue impulsado tanto por las viviendas nuevas (un aumento del 22,3% interanual) como por las usadas (un 11,6% más), correspondiendo más del 93% de las operaciones a viviendas en el mercado libre.
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Los analistas que buscan explicar este crecimiento apuntan a las opciones de financiación baratas: el número de hipotecas contratadas en julio aumentó en un notable 25% en comparación con el mismo período del año anterior.
El tipo de interés hipotecario medio fue de solo el 2,94%, inferior al 2,99% de junio, mientras que el volumen total de capital concedido a los propietarios creció un 34,5%, superando los siete mil millones de euros.
Los mayores incrementos en las ventas se produjeron en Extremadura (28%), Aragón (23,8%) y Castilla-La Mancha, mientras que las transacciones cayeron únicamente en dos regiones: Navarra y Cantabria.
ANÁLISIS: ¿Son buenas noticias o una señal de una burbuja a punto de estallar?
Las récord ventas de viviendas de julio en España admiten una doble interpretación.
Por un lado, son una buena noticia para la economía española en crecimiento, ya que reflejan una fuerte demanda, una renovada confianza del mercado y un fácil acceso a créditos hipotecarios que permite a los aspirantes a propietarios subir al primer peldaño de la escalera inmobiliaria.
Pero también hay motivos para la preocupación.
La demanda continúa superando a la oferta, impulsando los precios al alza de forma constante, lo que sobrepasa el crecimiento de los salarios y vuelve muchas zonas inaccesibles para quienes cuentan con ingresos modestos.
Las comparaciones con el período anterior a 2008 son evidentes, especialmente en lo que respecta al crecimiento récord de las transacciones.
Sin embergado, los economistas consideran que aún estamos lejos de aquellos días felices, donde todo parecía ir bien hasta que el colapso financiero paralizó el mundo.
Así pues, aunque sería prudente actuar con cautela y no dejarse llevar por el entusiasmo, los datos también apuntan a un crecimiento económico que no muestra signos de amainar, con España continuando por delante de sus competidores.
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