Vikas Pandey, Antriksha Pathania y Zoya Mateen
BBC Noticias, Ahmedabad
Getty Images
Era una tarde cálida y agradable en el hostal residencial del BJ Medical College. La cantina estaba llena de estudiantes almorzando.
El ambiente era ruidoso, con risas, bromas entre amigos y algunas conversaciones sobre estudios. A las 13:39 hora local, había al menos 35 personas en el comedor. Algunos ya habían tomado su comida y descansaban, mientras otros hacían cola.
Entre los estudiantes habia doctores y familiares. De repente, todo cambió.
El murmullo de la cantina fue interrumpido por el sonido de motores de avión acercándose… y luego, el lugar explotó.
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Los rescatistas buscaban entre los escombros del comedor esa misma noche.
Menos de un minuto antes, el vuelo AI171 había despegado del aeropuerto de Ahmedabad, a solo 1.5 km de distancia. El avión, un Air India 787 Dreamliner, iba rumbo a Londres con 242 personas a bordo.
Pero algo salió terriblemente mal. Segundos después de despegar, el avión entró en problemas. Se envió una llamada de emergencia antes de estrellarse en una zona residencial, justo encima del hostal de doctores. Una gran bola de fuego iluminó el cielo, matando a casi todos los pasajeros.
La BBC habló con testigos, incluyendo estudiantes del hostal, amigos de las víctimas y profesores, para reconstruir esos segundos de terror y sus consecuencias.
En tierra, la gente no entendía lo que pasaba. Un médico del departamento de nefrología contó que escucharon un "sonido ensordecedor".
—Primero pensamos que era un rayo, pero ¿en este calor de 40°C? —dijo.
Corrieron afuera y escucharon gritos: "¡Miren, un avión chocó contra nuestro edificio!".
Los minutos siguientes fueron confusos. El caos reinaba mientras la gente intentaba huir o entender lo ocurrido.
Los hermanos Prince y Krish Patni estaban en sus bicicletas cerca del hostal cuando escucharon el ruido.
—En segundos vimos algo parecido al ala de un avión —contó Prince, de 18 años.
Intentaron entrar, pero el calor era insoportable. Con otros voluntarios, ayudaron a la policía a mover escombros.
Dentro del comedor, solo había humo y olor a metal quemado. Encontraron maletas y, detrás, personas heridas. Algunos aún tenían comida en las manos o platos frente a ellos.
—No tuvieron tiempo de reaccionar —dijo otro médico.
Un estudiante de segundo año logró escapar. Estaba en su mesa habitual cuando el avión cayó.
—Escuchamos un estruendo y quedamos atrapados bajo escombros —relató, con heridas en el pecho.
Testigos dijeron que el ala atravesó el techo, causando los peores daños. Estudiantes saltaron desde pisos altos para escapar.
La decana, Dra. Minakshi Parikh, confirmó la muerte de cuatro estudiantes y cuatro familiares. Identificar a las víctimas tomará días.
Pero no solo murieron los del comedor.
Reuters
A pocos kilómetros, Ravi Thakur, trabajador de la cocina del hostal, salió a repartir almuerzos. Su esposa e hija de dos años se quedaron.
Al enterarse, regresó, pero el caos era total. No pudo encontrarlas.
Mientras, en el hospital, los profesores luchan por entender.
—Enseñaba a estos estudiantes, los conocía bien —dijo uno.
Y Ravi Thakur sigue buscando a su familia, aunque la esperanza se desvanece.