En una jugada que está causando indignación y incredulidad, el multimillonario Bill Gates respalda una revolucionaria y sumamente controvertida mantequilla sintética producida íntegramente en un laboratorio, sin vacas, granjas ni agricultura tradicional.
El producto, de la startup Savor, se elabora sintetizando moléculas de grasa a partir de dióxido de carbono (capturado del aire) e hidrógeno (del agua) mediante un proceso termoquímico. Gates afirma que esta imitación no solo es indistinguible de la mantequilla real, sino también muy superior para el medio ambiente, pudiendo reducir las emisiones y el uso de recursos ligados a la producción láctea. Sin embargo, muchos se muestran consternados: ¿cómo puede una mezcla química elaborada en cubas industriales ser “mejor” que la mantequilla de vacas alimentadas con pasto en praderas naturales? Los críticos, incluidos agricultores y consumidores de a pie, lo ven como el último paso de una agenda más amplia para desbaratar la ganadería tradicional.
¿Qué es la mantequilla de laboratorio de Savor?
La mantequilla de Savor se crea mediante un proceso patentado que combina CO₂ e hidrógeno, los calienta y oxida, dando como resultado moléculas de grasa “idénticas”, según afirman, a las de la mantequilla láctea. No intervienen animales, plantas, tierras de cultivo, fertilizantes ni aceite de palma. El producto final incluye agua, un emulsionante natural como la lecitina, y colorantes o aromatizantes mínimos.
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Entonces, ¿en qué punto nos encontramos?
- Ya está en uso: colaboraciones con restaurantes y panaderías de alta gama; chocolates que la incorporan lanzados para las fiestas de 2025.
- Disponibilidad minorista: se prevé su llegada a supermercados de forma más amplia hacia 2027.
Detalles oficiales de Savor a través de Breakthrough Energy (el brazo inversor de Gates).
Las extravagantes afirmaciones medioambientales de Gates
Bill Gates ha respaldado personalmente el producto, declarando en su blog: “He probado los productos de Savor, y no podía creer que no estuviese comiendo mantequilla real”. “La idea de cambiar a grasas y aceites de laboratorio puede parecer extraña al principio, pero su potencial para reducir significativamente nuestra huella de carbono es inmenso”.
Sostiene que el proceso “no libera gases de efecto invernadero” y no utiliza tierras de cultivo, una mejora drástica respecto a la producción láctea, que él vincula a las altas emisiones de las vacas y la producción de piensos. Publicación completa: GatesNotes – Grasiento—y bueno para el planeta. Savor también asevera esto, diciendo que sus grasas podrían eliminar el impacto de los aceites de origen animal o vegetal, que contribuyen con aproximadamente un 7% de las emisiones globales.
Reacción negativa en redes sociales: “Asqueroso” y “Distópico”
La reacción pública en X ha sido encendida, con usuarios expresando horror ante la idea de reemplazar las grasas naturales por sintéticas:
- @SBakerMD (Dr. Shawn Baker): Recuerda a cuando las élites promueven “comida para pobres” mientras se reservan los productos auténticos para sí mismos.
- @ShadowofEzra y otros: La tildan de “Franken-mantequilla” y la vinculan a preocupaciones más amplias sobre el control de los alimentos.
Muchos se niegan a probarla, calificándola de “veneno” o “comida basura”, y miles prometen seguir consumiendo lácteos verdaderos.
La comunidad agrícola contraataca
Los ganaderos y sus asociaciones perciben esto como una amenaza existencial. La Asociación Americana de la Mantequilla ha presionado a la FDA contra el etiquetado engañoso de las alternativas, insistiendo en que la “mantequilla” debe proceder de la leche de vaca según los estándares federales vigentes desde 1906.
Los agricultores argumentan que los sistemas de pastoreo bien gestionados reciclan nutrientes de forma natural a través del estiércol, fomentan la biodiversidad y secuestran carbono en el suelo; beneficios que la producción de laboratorio no puede replicar. Temen que estas alternativas sintéticas, respaldadas por inversores multimillonarios, puedan socavar su sustento y centralizar la producción de alimentos.
Los críticos destacan la posible devastación económica para comunidades rurales dependientes de la lechería.
Mientras Savor posiciona su producto como una solución climática, la conmoción persiste: un untable de laboratorio, financiado por uno de los hombres más ricos del mundo, se dispone a desafiar —y potencialmente desplazar— uno de los alimentos más apreciados de la naturaleza. ¿Adoptarán los consumidores la visión de Gates o la rechazarán de plano?
