El Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, se reunió este lunes en Egipto con el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en un encuentro que incluyó un característico apretón de manos al estilo Trump y que logró evitar un incidente diplomático apenas unos días después de que Washington amenazara con expulsar a España de la OTAN.
Fue la primera vez que ambos mandatarios se veían las caras desde que el líder estadounidense propusiera la expulsión de España de la Alianza. En este primer encuentro público desde que Trump regresó a la Casa Blanca, y con solo cuatro días de diferencia tras su amenaza, ambos se cruzaron en Egipto con motivo de la firma del acuerdo de paz para Gaza y compartieron un breve saludo.
Con su estilo habitual, el Presidente Trump convirtió el momento en un juego de poder físico, atrayendo a Sánchez hacia sí antes de soltarle la mano. Sánchez, por su parte, optó por una sonrisa diplomática, mostrándose afable aunque con cierta incomodidad.
A pesar de los esfuerzos de los expertos en comunicación no verbal de la prensa española por diseccionar el brevísimo encuentro, Sánchez y el cuerpo diplomático español pueden sentirse, en líneas generales, aliviados de que no se produjera ningún incidente grave tan poco después de tan provocadoras declaraciones.
Las desavenencias entre ambos se centran en dos grandes cuestiones desde que comenzó la segunda administración de Trump en enero. Sánchez ha sido uno de los líderes europeos más abiertamente pro-palestinos, pero también ha sido reacio a comprometerse con el aumento del gasto en la OTAN, argumentando que la exigencia de destinar el 5% del PIB no se ajusta a las posibilidades de la economía española.
Esto no ha pasado desapercibido en Washington. “Teníamos un rezagado, que era España”, declaró Trump la semana pasada a los periodistas en el Despacho Oval, refiriéndose a otros miembros de la OTAN que sí han incrementado sus contribuciones. “No tienen excusa para no hacerlo, pero está bien. Tal vez deberían echarlos de la OTAN, francamente”, añadió, provocando un revuelo considerable en la prensa española.
Meses atrás, durante una cumbre de la OTAN, Trump había afirmado que España era “un problema en lo que al gasto se refiere” y amenazó con una guerra comercial para obligar al país a pagar “el doble” si no asumía el compromiso de gasto. “La OTAN va a tener que lidiar con España. Ha pagado muy poco. O ha sido un buen negociador o no ha hecho lo correcto”, añadió.
Sin embargo, tras su breve encuentro en Egipto, Trump se refirió positivamente a Sánchez, lo que sugiere que el Presidente había olvidado sus anteriores comentarios —algo no descabellado—, había pasado página o simplemente estaba siendo diplomático, una faceta de la que es más que capaz cuando la situación lo requiere.
Posteriormente, en un discurso, Trump fue agradeciendo uno a uno a los líderes presentes. Al dirigirse a Sánchez, afirmó que España está “haciendo un trabajo fantástico”, si bien aprovechó la oportunidad para preguntarle sobre el gasto en defensa.
“¿Estás trabajando en el tema del PIB?”, comentó Trump con cierto tono desenfadado. “Ya llegaremos a eso. Estás haciendo un trabajo fantástico”.
Trump y Sánchez ya se habían reunido con anterioridad en 2019 en Osaka, con motivo de una cumbre del G20, y en 2018 en Nueva York, durante una celebración de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Fuentes de la delegación española informaron en su momento que el contacto entre ambos, que nunca han mantenido una reunión bilateral, se limitó a un saludo protocollario en un acto, un escenario muy similar al que todo indica que tuvo lugar en Egipto.