El Aeropuerto de Málaga-Costa del Sol ha puesto oficialmente en marcha su mejora más ambiciosa desde la inauguración de la Terminal 3 en 2010, tras que el gestor aeroportuario Aena adjudicara un contrato de 52,16 millones de euros para la dirección y supervisión de las obras.
Este supone el pistoletazo de salida operativo de un mastodóntico plan de inversión de 1.500 millones de euros, concebido para incrementar la capacidad anual de pasajeros hasta los 36 millones y modernizar las instalaciones con el fin de mejorar la experiencia del viajero. No obstante, ¿qué planes de expansión de transporte existen para cuando los turistas lleguen a Málaga?
Hitos clave del proyecto e inversiones iniciales
El último concurso de Aena se suma a la reciente adjudicación de 36,5 millones para el diseño del proyecto, lo que eleva los compromisos iniciales a casi 90 millones de euros. La ampliación pasa así de la fase de planificación a la de ejecución, manteniendo el aeropuerto plenamente operativo mediante una construcción por fases que, según se afirma, minimizará las molestias en los flujos de pasajeros, los controles de seguridad, el embarque y la recogida de equipajes.
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Los aspectos más destacados de la remodelación incluyen:
- Una nueva pasarela de embarque para vuelos no Schengen con control de pasaportes centralizado.
- Puestos de seguridad automatizados y pasarelas de acceso adicionales.
- Sistema de manejo de equipajes mejorado para una entrega más rápida.
- Incremento del 41% en zonas comerciales y de restauración; crecimiento del 43% en salas VIP.
Las mejoras buscan reducir las colas, aumentar la comodidad y agilizar las operaciones. Las reformas en la zona de maniobras incorporarán nuevas pistas de rodaje para disminuir los tiempos de espera antes del despegue, así como el reacondicionamiento de las vías de acceso y el aparcamiento para una mejor movilidad.
Tráfico récord que impulsa la urgencia
El crecimiento aparentemente imparable del aeropuerto malagueño ha motivado esta expansión. En el primer semestre de 2025, gestionó más de 12,3 millones de pasajeros —un aumento del 7,8% interanual— y 87.434 operaciones, registrando así su mejor inicio de año hasta la fecha. Los pasajeros del Reino Unido siguen constituyendo el mercado emisor principal, seguidos por Alemania, Países Bajos e Italia.
Sin embargo, con los planes para atraer aún más turismo, la cuestión de qué hacer con ellos una vez aterrizan en el aeropuerto de Málaga sigue sin una respuesta clara. La Junta de Andalucía está invirtiendo considerablemente en mejoras viarias en los alrededores del recinto aeroportuario, con nuevas conexiones con la A-7 y la MA-21, que enlaza Málaga y Torremolinos. Pero, una vez se accede a la Costa del Sol occidental y se rebasa Benalmádena, los problemas persisten entre esta localidad y Casares, con un tráfico excesivo en la A-7, una de las autopistas de peaje más caras del país en su variante AP-7, y una problemática y limitada conexión ferroviaria entre el aeropuerto y Fuengirola.
Apoyo gubernamental e impacto estratégico
El Ministro de Transportes de España, Óscar Puente, se refirió al compromiso del Gobierno con el proyecto de ampliación: “Estamos cumpliendo nuestras promesas con la expansión del Aeropuerto de Málaga-Costa del Sol mediante una inversión de 1.500 millones de euros para modernizar las instalaciones y el servicio al pasajero”. Mas poco se ha prometido con respecto a los planes de extensión de la línea de tren. La pregunta que muchos se plantean es que, dado que estamos invitando a más turistas, ¿qué será de las conexiones de transporte para llevarlos a sus destinos?
Afortunadamente, aún no hemos alcanzado el punto de saturación viaria de algunos aeropuertos europeos, siendo Heathrow, París Charles de Gaulle, Gatwick, Roma Fiumicino y Fráncfort los que encabezan el ranking de aeropuertos europeos con peores atascos, pero Málaga bien podría estar camino de unirse a ellos.
