Es evidente que aún existe un desafío en cuanto al acceso a los servicios de salud mental. Hay escasez de profesionales y las agendas de los disponibles se llenan con rapidez. Pero más allá de eso, recibir atención de calidad también es difícil. Las aseguradoras recopilan gran cantidad de datos sobre la atención al paciente, pero no siempre resulta evidente cuán buena fue dicha atención.
Así lo manifestó el Dr. Taft Parsons, director psiquiátrico de CVS Health, en una entrevista durante la reciente Behavioral Health Tech Conference en San Diego. Sostuvo que, para mejorar la calidad de la atención en salud conductual, es necesario contar con mejores pautas que definan cómo es realmente una buena atención.
Y esto podría requerir cierta acción por parte de los legisladores.
«Personalmente, creo que la forma de alcanzar un consenso general es mediante una acción política», declaró. «Desde luego, queremos participar en definir cómo es una buena atención. Pero es difícil para aseguradores, profesionales, defensores, todos… estar en la misma página sobre cómo se define lo ‘bueno’. Y pienso que a veces la única forma de lograrlo es cuando una política establece que lo vamos a definir».
Parsons añadió que, con frecuencia, la atención en salud conductual se mide simplemente por si se realizó o no una acción. Sin embargo, esto no siempre refleja la situación completa.
«Mi ejemplo clásico de medida HEDIS es el seguimiento tras un alta hospitalaria», explicó Parsons. «¿Se le concertó una cita en un plazo de siete días? Y si bien eso puede indicar, en un gran número de personas, que aquellos que son atendidos en siete días evolucionan mejor que los que no, no te dice si el clínico hizo una buena reconciliación de la medicación. ¿Se aseguró de que se cubrieran las necesidades relacionadas con los determinantes sociales de la salud? ¿Hizo durante esa cita lo que realmente va a favorecer el éxito del paciente en su trayecto de salud?»
Sostuvo que la salud conductual debería pasar de registrar si los profesionales completaron tareas a medir si la salud de los pacientes mejoró realmente.
«La forma en que eso sucede es mediante algunos de estos cambios políticos que, en mi opinión, llevan mucho retraso en el ámbito de la salud conductual», señaló. «No diré que sean perfectos en el lado de la salud física, pero están mucho más avanzados».
Definir mejor la calidad en salud conductual también podría impulsar la atención basada en valor, especialmente dada la variedad de interpretaciones sobre lo que constituye una buena atención.
«Es difícil para nosotros, o para cualquiera, redactar un contrato basado en valor con tantas variables. Cuando existe consenso sobre qué se define como buena atención, es mucho más fácil trabajar juntos para pagar por resultados en lugar de pagar por actividad», concluyó.
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