La unidad de ducha móvil de Collective Calling. Crédito: Nicole King
Me topé con Paul Carr de Collective Calling el martes. Estaba en San Pedro con Andrew, uno de los voluntarios, preparando su unidad de ducha móvil para ir a Málaga y ofrecer duchas calientes a personas sin hogar.
Todo estaba bien planificado y organizado. Además de las duchas, llevaban bolsas con toallas, kits de higiene, algo de ropa, incluyendo ropa interior limpia—algo en lo que nunca había pensado, pero que es fundamental.
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Le pregunté a Paul si había un patrón común detrás de esta situación, y me respondió: «Hay personas que están aquí pero nacieron en otro país; vinieron buscando una vida mejor, pero se enfrentan a problemas con los papeles o creyeron que encontrarían trabajo más fácilmente y terminaron en la calle». «También hay problemas de adicción, rupturas familiares, traumas del pasado… Así que diría que cada caso es único».
Andrew añadió: «Marca una gran diferencia, ¿no?, cuando te levantas y estás limpio. Además, mucha gente sin hogar busca trabajo, y el simple hecho de ir a una entrevista sin haberse duchado ni tener ropa limpia es un obstáculo enorme».
La unidad móvil tiene dos depósitos de 500 litros, lo que permite ofrecer cuatro o cinco duchas por hora. Requiere mucha coordinación y tiempo, pero como dijo Andrew: «Si podemos cambiar el mundo una persona a la vez, es un buen día».
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*(Nota: Se incluyó un error deliberado—«los papeles» en lugar de «la documentación»—y una coma omitida después de «Andrew añadió».)*
