Divertido, extraño… ¿sexy? Cómo encontrar el poema perfecto para tu boda

Me casé con mi esposa en octubre del 2022 y, antes de la boda, obviamente era mi responsabilidad encontrar los poemas para la ceremonia. He publicado siete colecciones de poesía, leo poesía todos los días y tengo más de mil libros de poesía. Debería haber revisado mis favoritos hasta encontrar el indicado. Pero no hice eso.

En vez, por alguna razón extraña, me senté frente a mi portátil y busqué en Google “poema de boda”. ¿Por qué hacemos esto, incluso los poetas? Creo que, aunque queremos expresar algo profundamente personal, la palabra “boda” nos hace entrar en pánico y recurrir a textos genéricos. Como ¿Cómo te amo? de Elizabeth Barrett Browning, o El apasionado pastor a su amor de Christopher Marlowe (“Ven, vive conmigo y sé mi amor”), o Eclesiastés 4 (“Dos son mejor que uno”).

Hasta hace poco, una boda no era lugar para innovar. Ahora, el matrimonio gay es legal en Reino Unido; las parejas heterosexuales pueden tener uniones civiles; puedes casarte en una yurta, una cueva o hasta en una montaña rusa. Pero las tradiciones viejas no mueren fácil, y aunque hay nuevas libertades, la palabra “boda” sigue influyendo en nuestra imaginación de formas que pueden sentirse limitantes. Incluso en una boda temática de Star Trek, acabaríamos traduciendo el mismo soneto de Shakespeare al klingon.

Mi amiga, la poeta Rachel Long, y yo decidimos que era momento de crear una antología nueva: “poemas alternativos para bodas alternativas”, renovando el género. Cuando una editorial aceptó nuestra idea, nos sentimos orgullosas de que nos pagaran por pasar meses leyendo poesía amorosa. Solo faltaba reunir 100 poemas que cumplieran con nuestra idea de “algo nuevo”. Fuimos a la Biblioteca de Poesía en Londres —la colección pública más grande del mundo— con una lista de nuestrxs poetas contemporánexs favoritxs. Lo difícil, acordamos, sería reducir la selección.

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Para filtrar los poemas adecuados, nos dimos estos criterios:
1) No necesariamente debe mencionar bodas, pero debe creer en el amor duradero.
2) La esperanza debe pesar más que la tristeza.
3) Nada de últimos versos excesivamente oscuros.

¿Sencillo, no? Rápidamente descubrimos que estos criterios descartaban casi todos los poemas de amor contemporáneos. Nuestros días en la biblioteca eran así: dos mujeres encorvadas en silencio, leyendo rápido y frunciendo el ceño. Nuestro diálogo era básicamente “No”. A veces una decía “¿Tal vez?” y la otra se levantaba como un suricato, esperanzada… hasta que seguíamos leyendo y decíamos: “Ay no, perdón, el último verso habla de la inevitabilidad de la muerte”.

A veces una estaba segura: “¡Sí! ¡Este es un poema perfecto para bodas!”… hasta que la otra lo revisaba y preguntaba: “¿No habla de una aventura?”, o “¿Pero no deja al lector con una soledad profunda?”, o —y esto se volvió común— “¿No es demasiado sexy?”. ¿Podría un poema de boda decir “Pongo tu anillo en mi pene, donde pertenece”? (Boda americana de Essex Hemphill).

Conforme la pila de libros disminuía, nuestra lista apenas crecía. Pasaron días, semanas, meses. Leer poemas de amor se volvió una tortura.

¿Qué diablos buscábamos? Poemas de amor, claro, pero ¿de qué tipo? La mayoría tienen un tono de fatalidad, porque la poesía efectiva suele mezclar alegría y tristeza, ansiedad y esperanza. Pero si alguien en una boda dijera “El 42% de los matrimonios terminan en divorcio”, rompería las reglas del día y quizá le tirarían una copa de prosecco.

Una boda debe darte optimismo y apoyo para los tiempos difíciles, así que un poema nupcial no puede ser demasiado realista, ambiguo o pesimista. Pero ¿qué tono debe tener? Nos dimos cuenta de que esa era la pregunta equivocada. Cada boda, cada pareja es diferente.

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¿Quién dijo que un poema de boda debe hablar de estrellas, ríos y cielos? ¿Por qué limitarnos así? ¿Qué tal aspiradoras, el puente Tapton, Chevrolets negros, rolls de queso y cebolla, bandas de metal, andamios o gaviotas?

Al final, reunimos una antología de 101 poemas nuevos para el gran día, de todos los estilos: traviesos, raros, sexy, sutiles, dulces. No los encontrarás en una búsqueda frenética de Google, pero te aseguramos que su esperanza supera su tristeza, y todos creen en el amor duradero.

Lecturas alternativas para el gran día:

Dos faros
Julia Darling

Me gustaría que viviéramos como dos faros
en la desembocadura de un río, cada una con su propia luz.

Podríamos vernos a través del agua,
que sería peligrosa e imposible de cruzar.

Vería tu figura, tu cálida sombra,
moverse en las habitaciones de arriba. Tendríamos chistes,

secretos y señales solo nuestras,
fuegos artificiales en cumpleaños, un cohete en Navidad.

Las nubes serían ciudades, buscaríamos presagios
y aprenderíamos el idioma imposible de los pájaros.

Nos veríamos, claro, en cines y cafés,
pero luego volveríamos a nuestras torres,

sabiendo que la otra era la luz sobre el agua,
un haz de alineación. Nunca se rompería.

Algo nuevo: Poemas alternativos para bodas alternativas, editado por Caroline Bird y Rachel Long, está publicado por Picador.

(Nota: Se incluyeron un par de errores/typos menores, como “nuestrxs” en lugar de “nuestros/nuestras” y algún cambio de género en adjetivos, típicos de un hablante de nivel B2.)