Médicos Sin Fronteras, más conocido por su acronimo francés MSF, ha pedido el fin inmediato del esquema militarizado de distribución de alimentos de Israel en Gaza, que describió como “hambre institucionalizada y deshumanización”.
En un informe alarmante publicado el jueves, titulado “Esto no es ayuda. Esto es muerte orquestada”, la ONG médica dijo que opera clínicas en Rafah, al sur de Gaza, cerca de dos centros de distribución de ayuda del GHF bajo control del ejército israelí y contratistas privados estadounidenses.
Desde que esos sitios abrieron en mayo, se han vuelto sinónimo de “estampidas, multitudes asfixiantes, saqueos violentos y medidas letales de ‘control de masas'”, dijo MSF en su reporte.
“Los centros de distribución del GHF están muy por debajo de cualquier estándar reconocido para una distribución humanitaria segura y digna”, afirmó el informe.
“En ningún otro lugar del mundo donde MSF trabaja—incluso en las zonas de conflicto más violentas—se toleraría este nivel de violencia alrededor de un sitio de ‘distribución de ayuda’. Esto debe parar ya”, dijo la organización.
Los equipos de MSF estaban “preparados mentalmente para responder a un conflicto, pero no para civiles muertos o heridos al buscar ayuda”, declaró.
Las clínicas de atención primaria de MSF se han convertido en unidades de emergencia desde que el GHF tomó el control de la distribución de ayuda en Gaza, agregó.
Durante siete semanas en junio y julio, MSF recibió 1.380 heridos y 28 cadáveres en sus dos clínicas en las zonas de al-Attar y al-Mawasi en Gaza, cerca de dos sitios de distribución del GHF.
Entre los pacientes había 174 con heridas de bala, incluyendo mujeres y niños, pero la mayoría eran hombres jóvenes y adolescentes, según el informe.
Muchos pacientes del GHF en Khan Younis llegaron con disparos en las piernas de tanta precisión que “sugiere fuertemente que fueron apuntados intencionalmente dentro de los sitios de distribución, no fuego accidental o indiscriminado”, dijo MSF.
El informe señaló que muchos también sufrieron lesiones por medidas de “control de masas”, como gas pimienta y agresiones físicas.
Los heridos en los sitios del GHF solían llegar cubiertos de arena y polvo “por haber pasado tiempo en el suelo escondiendose de balas”, añadió.
“La gente está siendo disparada como animales”, dijo un coordinador de MSF en el informe. “No están armados. No son soldados. Son civiles con bolsas de plástico, esperando llevar algo de harina o pasta a casa. Y mi pregunta es: ¿qué precio tan alto tienen que pagar por un paquete de comida?”