Disentimos”: Empleados de los NIH protestan contra políticas de Trump que “dañan la salud de los estadounidenses

Cientos de trabajadores de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) protestaron este lunes contra los recortes de la administración Trump a la agencia y sus consecuencias para la vida humana. En una carta contundente, afirmaron que estas acciones provocan “una reducción dramática en investigación que salva vidas”.

En una carta del 9 de junio dirigida al director de los NIH, Jay Bhattacharya, los empleados expresaron sentirse “obligados a alzar la voz cuando nuestro liderazgo prioriza el impulso político sobre la seguridad humana y la gestión responsable de los recursos públicos”.

“Como personal de los NIH, rechazamos las políticas de la Administración que socavan la misión del NIH, desperdician fondos públicos y dañan la salud de los estadounidenses y personas en todo el mundo”, declararon.

La carta representa un duro reproche a las acciones de la administración Trump contra los NIH, que incluyen: cancelar cientos de becas para investigación científica y biomédica; despedir a más de mil empleados este año; y recortar miles de millones en fondos para instituciones colaboradoras en el extranjero. Según trabajadores actuales y anteriores, esto perjudicará estudios sobre cánceres raros, enfermedades infecciosas y esfuerzos para reducir el consumo de tabaco y enfermedades crónicas relacionadas.

Algunos empleados firmaron con sus nombres, desafiando abiertamente a un presidente que ha buscado purgar al gobierno de quienes ve como desleales. Otros lo hicieron anónimamente.

“Se trata del daño que estas políticas causan a los participantes en investigaciones y a la salud pública estadounidense y global”, dijo Jenna Norton, del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales. “Hay participantes que generosamente donan su tiempo y hasta partes de su cuerpo, con la expectativa de que servirá para avanzar en investigaciones que ayudarán a otros con sus mismas enfermedades”.

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“Estas políticas nos impiden cumplir la promesa hecha a ellos, honrar su compromiso y los ponen en riesgo”, agregó.

Los trabajadores esperan que Bhattacharya, quien prometió priorizar la “libertad académica”, acoja sus críticas. Los autores llamaron al documento “Declaración de Bethesda”, en referencia a la polémica “Declaración de Great Barrington” que Bhattacharya coescribió durante la pandemia, la cual abogaba por no imponer confinamientos.

En su carta, los empleados exigen que se reinstauren becas canceladas “por motivos políticos”, las cuales financiaban proyectos sobre Alzheimer, aumento de tasas de vacunación y combate a la desinformación en salud. “La libertad académica no debe aplicarse según ideología política”, escribieron.

Bhattacharya respondió que la carta contiene “concepciones erróneas”, pero afirmó que el disenso respetuoso es productivo. “Todos queremos que el NIH tenga éxito”, dijo.

Con un presupuesto de casi $48 mil millones, el NIH es el mayor financista público de investigación científica. Su labor ha salvado incontables vidas, aunque no ha estado exenta de polémicas, como casos de mala conducta y falta de supervisión en investigaciones.

Investigadores y algunos estados han demandado a los NIH por los recortes. Un testimonio reveló que asesores del Departamento de Salud proporcionaron listas de becas a cancelar.

Norton, empleada del NIH por una década, calificó las políticas actuales como “poco éticas y probablemente ilegales”. Criticó la interrupción de estudios con participantes de minorías raciales, históricamente subrepresentadas en investigaciones médicas, mientras se permiten estudios con mayoría blanca.

“Es problemático impedir investigaciones enfocadas en poblaciones negras o hispanas”, dijo. “Son necesarias intervenciones culturalmente adaptadas”.

Los trabajadores también exigen la reincorporación de empleados despedidos y que se permita continuar colaboraciones internacionales en cáncer, tabaquismo y VIH.

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Además de despidos masivos, casi todo el equipo de comunicaciones del Instituto Nacional del Cáncer fue despedido en mayo, según ex empleados.

La carta se suma a un creciente movimiento de científicos contra las acciones de la administración. Algunos ex empleados ahora organizan a pacientes para incidir en políticas.

Peter Garrett, exdirector de comunicaciones del Instituto del Cáncer, creó una organización para involucrar a pacientes en la conversación sobre financiamiento y políticas científicas. “Es un esfuerzo de ‘lobbying guerrillero’ para llevar el tema al Congreso”, explicó.

Aunque es común que las prioridades cambien con nuevas administraciones, trabajadores afirman que el daño actual es tan grave que los obligó a protestar. “En 11 años en el NIH, nunca vi algo así”, dijo Norton.

“No se trata de nuestros empleos”, dijo un firmante anónimo. “Se trata de la humanidad. Se trata del futuro.”

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Fotografía: FilippoBacci, Getty Images