Los principales responsables de la aplicación de la ley en Japón se disculparon con la familia de un empresario que fue arrestado injustamente y murió tras una detención de varios meses.
Shizuo Aishima, exasesor de la empresa de maquinaria Ohkawara Kakohki, fue uno de los tres ejecutivos retenidos ilegalmente durante meses en prisión preventiva por cargos que luego fueron retirados.
Los defensores de los derechos humanos llevan mucho tiempo exigiendo el fin de la práctica japonesa de la “justicia rehén”, donde los investigadores utilizan largas detenciones preventivas para forzar confesiones.
Altos funcionarios de la policía de Tokio, el departamento principal de fiscales y la fiscalía de Tokio visitaron a la familia y la tumba de Aishima el lunes. Los funcionarios se arrodillaron y rezaron frente a la tumba, según informó el Japan Times.
Tetsuro Kamata de la Agencia Nacional de Policía de Japón (3° desde la izq.) y otros dos funcionarios de la fiscalía se disculpan frente a la tumba de Shizuo Aishima, acusado falsamente de exportación no autorizada de equipo sensible y que murió tras una prolongada detención, en Yokohama el 25 de agosto de 2025.
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“Nos disculpamos sinceramente por realizar la investigación y el arresto ilegal”, dijo Tetsuro Kamata, subjefe general de la Policía Metropolitana de Tokio, durante una reunión televisada con la familia.
La esposa de Aishima dijo: “Acepto la disculpa, pero no podré perdonar”.
Los tres hombres fueron detenidos y acusados en marzo de 2020 por cargos de exportar ilegalmente secadores por aspersión capaces de producir armas biológicas —exportaciones que ellos argumentaron eran legales.
A Aishima le diagnosticaron cáncer progresivo en octubre de 2020, pero los fiscales lo mantuvieron detenido, argumentando que podía destruir pruebas si lo liberaban. Fue ingresado en un hospital un mes después.
Sus dos colegas fueron liberados en febrero de 2021 con la condición de que no se reunieran con Aishima, lo que les impidió verlo antes de que muriera ese mismo mes.
Los fiscales retiraron los cargos posteriormente, lo que llevó a la familia y los colegas de Aishima a demandar a las autoridades.
La policía de Tokio y los fiscales se disculparon directamente con la empresa y otros en junio, según el Japan Times. En su informe sobre la investigación, la policía dijo que “carecía de principios investigativos fundamentales como organización, y que la cadena de mando era disfuncional”, informó el medio.
El Tribunal Superior de Tokio determinó que la investigación, los arrestos y la acusación fueron ilegales y no estaban respaldados por pruebas.
El abogado de la familia, Tsuyoshi Takada, dijo en una rueda de prensa que la detención de los hombres —autorizada varias veces por el tribunal— “no fue el error de un único juez”.
“Necesitamos cambiar las actitudes equivocadas de todos los jueces”, dijo. “El tribunal debe aprender de esto y pensar qué puede hacer para que no haya más víctimas de la ‘justicia rehén’ en el futuro.”
El hijo mayor de Aishima dijo que tenía sentimientos encontrados sobre las disculpas y solicitó una nueva investigación del caso, según informó el periódico Asahi Shimbun.
“Las tomo como un paso adelante, ya que reconocieron la ilegalidad del arresto, las solicitudes de detención y el procesamiento”, dijo. “No puedo aceptar las conclusiones de sus revisiones ni las medidas disciplinarias tomadas.”