Dinamarca ha iniciado la construcción de una planta para la producción de combustible para cohetes, operada por Ucrania, cerca de la Base Aérea de Skrydstrup. Este proyecto marca la primera expansión ultramar de una empresa de defensa ucraniana.
Crédito: Polina Yanchuck / Shutterstock
El gobierno danés anunció la iniciativa el 3 de septiembre de 2025, calificándola como un “gesto de apoyo” a Ucrania en su lucha por mantener la soberanía y la seguridad ante el conflicto con Rusia.
La instalación será gestionada por Fire Point, el fabricante ucraniano del misil Flamingo, el cual el presidente Volodymyr Zelenskiy ha catalogado como uno de los sistemas de armas más exitosos del país.
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La producción se ubicará cerca de la Base Aérea de Skrydstrup, en el sur de Jutlandia, sede de la flota danesa de cazas F-16. Esta ubicación fue elegida por su infraestructura defensiva estratégica y seguridad operativa.
Significado Estratégico y Político
Para Dinamarca, el proyecto ratifica su compromiso de apoyar a Ucrania. Desde la invasión rusa a gran escala en 2022, Dinamarca ha aportado 67.600 millones de coronas (unos 10.130 millones de dólares) en ayuda militar, según el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Además, el gobierno recientemente asignó 500 millones de coronas para facilitar la expansión de empresas ucranianas en territorio danés.
“Esto es un apoyo a la lucha de Ucrania por su seguridad, su independencia y, no menos importante, su oportunidad de vivir en paz”, declaró Troels Lund Poulsen, ministro de Defensa danés, en una rueda de prensa.
La medida posiciona a Dinamarca como un aliado clave para fortalecer la autosuficiencia de Ucrania en producción de defensa, al tiempo que proporciona territorio de la OTAN para operaciones sensibles.
Detalles y Operaciones de la Planta
Aunque los detalles técnicos precisos son confidenciales, la instalación se centrará exclusivamente en la producción de propelente sólido para cohetes. Fire Point no ensamblará sistemas de misiles completos en suelo danés, garantizando así el cumplimiento de la normativa internacional y la legislación local.
El proyecto supone un logro logístico significativo: trasladar capacidades de producción crítica a un estado miembro de la OTAN reduce el riesgo de interrupciones por las hostilidades en Ucrania.
El propelente sólido, compuesto típicamente por oxidantes como el perclorato de amonio, polvo de aluminio y aglutinantes poliméricos, permite un almacenamiento estable a largo plazo y un rendimiento fiable del misil.
Fuentes del sector enfatizan la importancia de protocolos de seguridad rigurosos en su manipulación y almacenaje, incluyendo instalaciones a prueba de explosiones, ventilación especializada y transporte en contenedores autorizados. Dinamarca ha garantizado supervisión y cumplimiento de sus normas nacionales de seguridad y medio ambiente.
Marco Legal y Normativo
Para agilizar el proyecto, Dinamarca aceleró las autorizaciones mediante un marco gubernamental especial diseñado para iniciativas de defensa críticas.
El Ministerio de Industria, Negocios y Asuntos Financieros señaló que estas medidas son temporales, permitiendo que las fases de construcción y producción inicial avancen sin los retrasos habituales de los trámites ambientales y regulatorios.
Aunque algunos críticos han manifestado preocupación por la elusión de procesos estándar, las autoridades danesas subrayan que la seguridad y la supervisión operativa son prioritarias.
“Por primera vez, una empresa ucraniana establecerá producción en Dinamarca”, declaró el Ministerio, resaltando el carácter sin precedentes de la iniciativa.
Están previstas consultas públicas, incluyendo reuniones en Vojens, para informar a las comunidades locales y abordar preocupaciones medioambientales y de seguridad.
Consideraciones Ambientales y de Seguridad
La producción y manipulación de propelente sólido conlleva riesgos inherentes. La combustión y producción de propelentes basados en perclorato de amonio pueden generar partículas y contaminantes peligrosos.
Las autoridades danesas se han comprometido a implementar medidas de contención, controles de emisiones y monitoreo continuo para minimizar el impacto ambiental.
Se espera que los estándares de seguridad se alineen tanto con la legislación danesa como con las mejores prácticas internacionales, reflejando lecciones aprendidas en instalaciones similares.
Implicaciones Geopolíticas
El establecimiento de un centro de producción de defensa ucraniano en territorio de la OTAN tiene importantes implicaciones geopolíticas. No solo protege la manufactura ucraniana de posibles ataques rusos, sino que también fortalece la integración logística y técnica con los aliados de la alianza.
Rusia ha criticado la decisión danesa, tildándola de acto provocativo, aunque los funcionarios daneses insisten en el carácter defensivo y estabilizador de la medida.
“Esta iniciativa asegura que la producción crítica pueda continuar de forma segura, reduciendo riesgos operativos mientras se respalda la capacidad defensiva de Ucrania”, afirmó Morten Bødskov, ministro de Industria, Negocios y Asuntos Financieros.
Analistas señalan que este paso refleja una estrategia europea más amplia de reubicar la producción militar sensible en territorios más seguros.
Cronograma y Perspectivas Futuras
La construcción comenzó oficialmente a finales de 2025, y se espera que la producción se inicie en 2026. La contribución financiera del gobierno danés, junto con la experiencia operativa de Fire Point, pretende acelerar la puesta en marcha de la planta.
Los planes a largo plazo incluyen escalar la producción para satisfacer las necesidades de defensa de Ucrania, asegurando el cumplimiento de todas las normativas danesas de seguridad y medio ambiente.
Mientras Ucrania continúa buscando apoyo internacional para su defensa, la iniciativa danesa sirve como modelo de colaboración transnacional en tecnología militar. Al albergar la primera planta de producción de defensa ucraniana en el extranjero, Dinamarca demuestra tanto su solidaridad con Ucrania como su compromiso con la seguridad europea.
La planta de Skrydstrup será supervisada estrechamente por los reguladores daneses y podría servir como prototipo para proyectos similares en otros países de la OTAN, equilibrando el apoyo defensivo estratégico con la supervisión nacional, la participación comunitaria y la responsabilidad ambiental.
