Bandera del Orgullo. Crédito: Astrobobo@ pixabay
Madrid se convertirá una vez más en un mar de color al dar comienzo las celebraciones del Orgullo. Conocido como MADO, Madrid Orgullo, el festival de diez días arrancó oficialmente el jueves 26 de junio y se extenderá hasta el domingo 6 de julio. Lo que años atrás fue una manifestación por la igualdad se ha convertido hoy en uno de los eventos LGTBIQ+ más importantes de Europa, atrayendo tanto a locales como a visitantes internacionales.
El corazón de las celebraciones está, como siempre, en el barrio de Chueca. Este vecindario, en pleno centro de la ciudad, se ha vestido de banderas arcoíris, pero no se trata solo de decoración. El Orgullo es una mezcla de fiesta y postura política. Este año conmemoramos un hito importante: el vigésimo aniversario de la legalización del matrimonio homosexual en España.
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Cuatro plazas principales albergarán conciertos y actividades culturales diarias: Plaza de Pedro Zerolo, Plaza del Rey (rebautizada jocosamente como Plaza de las Reinas durante el Orgullo), Plaza de España y Puerta del Sol. Cada tarde habrá un cartel de actuaciones que van desde pop y espectáculos drag hasta discursos políticos y talleres comunitarios. Artistas como Ana Torroja, Falete y Pastora Soler ofrecerán un repertorio tan diverso como el propio público. La inclusión es clave, con programación para todas las edades e identidades.
Uno de los momentos más esperados es la proclamación oficial del día 2 de julio en la Plaza Pedro Zerolo.
La popular Carrera de Tacones tendrá lugar el 3 de julio por la calle Pelayo. Este concurso anual combina atletismo y teatro, con participantes corriendo sobre adoquines en estilísimos tacones y, a menudo, con disfraces extravagantes. Es un momento de risas y espectáculo, pero también de rebeldía festiva.
Por su parte, la Madrid Summit del 4 de julio acogerá charlas y mesas redondas con activistas, expertos legales y políticos. Los temas abarcan desde los derechos LGTBIQ+ a nivel internacional hasta la identidad de género, con especial atención a la protección de las libertades conquistadas frente al auge de la retórica ultraderechista en Europa.
El evento principal, como siempre, será la manifestación del sábado 5 de julio. La marcha partirá de Atocha y terminará en Plaza de Colón, con carrozas de diversas organizaciones formando una vibrante procesión. Es a la vez celebración y protesta, con una asistencia esperada de miles de personas. En los últimos años, la cifra ha superado el millón, y todo indica que este año no será diferente.
A pesar de la alegría, los organizadores han recordado que el Orgullo tiene sus raíces en la lucha. Han pedido a los asistentes que mantengan la vigilancia y el respeto, especialmente dado el creciente tamaño y atención global del festival. Ya se han implementado medidas de seguridad y control de masas, sobre todo en las zonas más concurridas del centro.
Bares, clubs y espacios culturales de toda Madrid también organizan eventos paralelos. Desde proyecciones de cine queer hasta fiestas y presentaciones de libros, la ciudad abraza el Orgullo en todos los ámbitos. Para los visitantes, es una oportunidad única de experimentar no solo la magnitud de la celebración, sino también su profundidad y arraigo local.
El Orgullo de Madrid es más que una fiesta. Es un símbolo vivo de la transformación de España en las últimas dos décadas y un recordatorio de que la igualdad, una vez lograda, debe protegerse. Mientras las luces arcoíris iluminan la capital, el mensaje es claro: la visibilidad importa, y la lucha por la dignidad y los derechos dista mucho de haber terminado.