Diddy podrá estar sonriendo ahora, pero la cosa podría cambiar tras las 50 demandas civiles en su contra | Crédito: Shutterstock
Quizá evitó una cadena perpetua, pero Sean “Diddy” Combs está lejos de salir ileso. Declarado culpable de dos cargos menores en su juicio federal —transporte con fines de prostitución—, el magnate musical ahora enfrenta el peso de más de 50 demandas civiles acumuladas, cada una más condenatoria que la anterior.
Aunque el jurado no le impuso el veredicto más grave, la cuenta que debe rendir fuera del tribunal podría ser mucho más duradera, según The Guardian en un profundo artículo sobre Diddy publicado este jueves.
Diddy sigue encerrado en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, a la espera de sentencia, que podría llegar en octubre si su defensa no logra convencer al juez de adelantarla. Cada cargo por el que fue condenado conlleva hasta 10 años de prisión. Pero para muchas de sus presuntas víctimas, esto es solo el inicio de su rendición de cuentas.
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Abuso, coerción y violación
Fue Cassie —la cantante Casandra Ventura— quien rompió el silencio en 2023 con su demanda civil. Acusó a Combs de abuso sexual y físico, coerción y violación. Él llegó a un acuerdo rápido —se rumorea que por $20 millones—, pero su testimonio en el juicio criminal resonó como un trueno.
La Sra. Ventura se convirtió en la testigo estrella del estado. Y tras ella, llegó el diluvio: más de 50 mujeres y hombres han presentado demandas civiles con acusaciones similares —agresión sexual, violación, drogación, violencia física—. Las demandas siguen llegando, incluso la semana pasada.
Combs ha negado todas las acusaciones en los casos civiles. Su apelación por libertad bajo fianza fue rechazada. El juez no dudó.
«Este veredicto no solo mancha un sistema judicial que durante décadas ha fallado en responsabilizar a abusadores como Diddy —dijo el grupo de derechos femeninos UltraViolet tras el juicio—. También es una condena a una cultura donde no creer en las mujeres y víctimas de agresión sexual sigue siendo endémico.»
Una huella imborrable
Douglas Wigdor, abogado de Cassie, fue directo: «Cassie ha dejado una huella imborrable tanto en la industria del entretenimiento como en la lucha por la justicia.»
El jurado no lo condenó por tráfico sexual, pero su testimonio ayudó a asegurar otras condenas.
Fatima Goss Graves, del Centro Nacional de Leyes para Mujeres, elogió a Ventura y otras por su valentía: «Decidieron contar sus historias, responsabilizar a su agresor y buscar justicia.»
Fuera del tribunal, los fans de Diddy coreaban su nombre. Dentro, una realidad muy distinta se impone. La era de la impunidad en la industria musical se resquebraja.
La reacción pública ha sido contundente. La cantante Kesha escribió: «Cassie, te creo. Te admiro. Tu fuerza es un faro para todos los sobrevivientes.»
«Qué put* broma»
Christina Ricci la llamó «una heroína». Hasta Rosie O’Donnell estalló en redes: «Supongo que un jurado nunca quiere creer que una mujer se queda por poder y coerción… qué put* broma.»
Evan Rachel Wood recordó con firmeza: «No hay consentimiento en una relación con violencia doméstica. Punto.»
Aubrey O’Day, exintegrante de Bad Boy Records de Combs, tampoco se mordió la lengua: «Es desgarrador ver cuántas vidas ha impactado Sean Combs, solo para que un jurado ignore sus historias.»
El juicio criminal pudo terminar. Pero, para Combs, la guerra legal recién comienza. El tribunal de la opinión pública ya reanudó sesión, y su veredicto podría ser aún más intenso y cruel.
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