Diane Keaton: La creatividad tras el objetivo de una fotógrafa con mirada serena y letal

Una de las escenas más memorables de Annie Hall es cuando la protagonista homónima, interpretada por Diane Keaton, habla con Alvy en el balcón de su apartamento. Alvy le pregunta si ella tomó las fotografías que hay adentro. "Son maravillosas," dice él. "Tienen una… calidad."

Annie responde que es algo que hace por afición, pero que le gustaría tomar un curso serio. Alvy empieza a divagar sobre "los criterios estéticos" de una "nueva forma de arte" (cuando la fotografía ya llevaba 150 años existiendo). Mientras, su monólogo interior se muestra en subtítulos: No sé lo que estoy diciendo.

"¿Criterios estéticos?" dice Annie. "¿Quieres decir si una foto es buena o no?"

Más tarde en la película, durante la escena de las langostas, Annie le hace una foto a Alvy en la cocina con una Nikon F2 Photomic. Como con muchos aspectos de su personaje (su estilo, por ejemplo), el amor por la fotografía fue tomado de la vida real de Keaton. Y aunque para Annie la fotografía es una afición amateur, Keaton publicó multiples libros fotográficos en su vida.

En los años 70, viajando por todo el país, Keaton tomó una serie de fotografías de interiores de hoteles americanos clásicos (era una gran fanática de la arquitectura y el diseño) para Rolling Stone. Estas imágenes formaron la base de su primera monografía, Reservations, publicada por Knopf en 1980. La descripción presentaba a la actriz como "una fotógrafa fuerte y directa, con un ojo frío y letal".

Las imágenes, en blanco y negro, cuadradas y tomadas con su amada Rolleiflex, muestran típicos lobbies de hoteles de la época; su tensión entre el minimalismo y el maximalismo. Los ostentosos banquetes y el papel pintado barroco; la solitaria silla Windsor en la esquina de un espacio por lo demás vacío.

Las texturas abundan: la tapicería de un sofá de terciopelo, el grano de las paredes de madera, el brillo reflejado de una lámpara de plástico o de unas plantas. Las composiciones son idiosincráticas, recordando a la otra Diane – Arbus. Un camarero aparece cortado por el torso; solo la mitad de una pintura en la pared entra en el encuadre; hay una estatua decapitada. Si el referente fotográfico para interiores atmosféricos y cinemáticos es el trabajo impresionante de Todd Hido, Sally Mann y William Eggleston, entonces Reservations merece estar entre ellos.

La pasión de Keaton por lo visual se remonta a su infancia. Fue inspirada por su madre, Dorothy Deanne Keaton Hall, una entusiasta del collage y también fotógrafa. Para Dorothy, mirar era "un esfuerzo dedicado". En el prólogo de uno de sus libros, su hija escribe: "La simple, robusta y confiable cámara Brownie Hawkeye fabricada por Kodak documentó a nuestra familia desde 1949 hasta 1956."

La joven Diane recortaba fotos de Cary Grant de las revistas para hacer collages. A sus 20 años, la actriz creaba fotomontajes a gran escala – de hasta dos metros de ancho – y aunque creó constantemente a lo largo de su vida, se definía solo "como una persona que recorta papel, lo lanza a la pared, o encuentra fotografías viejas que veo en el mercadillo", y manejaba su cámara con modestia.

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Annie Hall describe sus criterios estéticos a Alvy así: "Para mí es todo instintivo. Solo trato de sentirlo y captar su esencia; en no pensar tanto." Keaton también: "Tomo las fotos, pero no lo hago de una manera grandiosa. Simplemente me gusta. Me gustan las imágenes. Si veo un árbol que se ve inusual, solo le tomo una foto."

"Soy adicta a las fotografías y a los libros de fotografía," le dijo a The Hollywood Reporter en 2023. Tenía más de 60 álbumes de recortes con imágenes acumuladas y guardaba Blind de Sophie Calle en su mesita de noche, para recordarle la magia de la vista; que mirar es un esfuerzo dedicado.

En un ensayo para New York Review of Books, Larry McMurtry una vez describió su primer encuentro con Keaton: "La encontré, una mañana, sentada en el arriate de flores frente al Madison Hotel en Washington DC. Estaba rebuscando en una bolsa lo suficientemente grande como para guardar un caribú, que contenía una cámara lo suficientemente pesada como para aturdir al caribú, si fuera necesario."

Además de Reservations, Keaton publicó varios otros libros de arte: colecciones de su propio trabajo tras el lente; volúmenes editados con fotos de nombres arcános o totalmente anónimos; imágenes encontradas en anuncios, archivos de periódicos, lotes de subastas y los húmedos sótanos de productoras. Y, a menudo, una mezcla de todo lo anterior. Muchos de estos tomos los creó con su socio creativo, el escritor y curador Marvin Heiferman.

Still Life: Hollywood Tableaux Photographs (1983), es un estudio del Hollywood en tecnicolor que comprende una plétora de fotos fijas de estudio, poses en escenario como dioramas y fotos publicitarias para perfiles en revistas. Fred Astaire comiendo sopa; Ronald Reagan y Jane Wyman tomando el sol; Dolores Gray en un convertible rosa Silverline con dos caniches y un corte de pelo a juego. Gregory Peck se molestó tanto por un retrato suyo que incluyeron, que le escribió a Keaton una carta de mal genio.

Keaton describió las fotos posadas como "tristes rompecabezas que me llenaban de curiosidad… lo más creíble de las fotografías es la ausencia de la presencia interior de esta gente. Me sedujo lo que no se contaba." O, como diría Philip Larkin, el registro de "sonrisas de ‘aguanta’ como falsedades". O como diría Instagram: sí.

En Mr Salesman (1993), Keaton y Heifermann recopilaron fotogramas de videos de entrenamiento para vendedores de mediados de siglo. En lugar de las fotos cursis y saturadas de representantes sonriendo exageradamente que uno esperaría, el libro tiene un ambiente noir y lynchiano. Los sujetos de las fotografías podrían ser los engranajes más conformistas del capitalismo, y la rutina de puerta en puerta es totalmente prosaica, pero las imágenes en blanco y negro son frecuentemente surrealistas e inquietantes. Una silueta de un hombre parado mitad en la sombra, en una postura de poder, con el sombrero al lado, los patrones de luz y sombra recuerdan a Alexander Rodchenko o Garry Winogrand. Hay Brylcreem y hay brogues, pero también hay una siniestra inquietud, una amenaza sutil.

En 1999, la pareja publicó Local News, un compendio de 92 fotografías de los archivos del extinto tabloide Los Angeles Herald Express. "Estos retratos son un acumulación de tesoros olvidados", escribió Keaton en la introducción del libro. "Este libro los honra; honra a los guapos, los esperanzados, los ordinarios, los asesinados, los feos, los torturados, los presumidos, los culpables, los perdidos y encontrados… Cada rostro humano es un misterio fascinante, que nos mira como un espejo reflejando el hecho absoluto de que vivimos, morimos y somos olvidados".

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Aunque gran parte del propio trabajo de Keaton era en blanco y negro, Clown Paintings del 2002, una colaboración con el galerista Robert Berman –con contribuciones escritas de Woody Allen, Dan Aykroyd, Whoopi Goldberg y más– fue una bomba en una fábrica de pintura. Una colección de 66 retratos de payasos por artistas amateur, algunos de los cuales Keaton poseía (y una vez prestó al Museo Warhol), estos payasos se negaban a ser ignorados, se negaban a ser ordinarios. Keaton estaba tan "cautivada por su elocuencia muda como por su mal gusto".

Keaton volvió a incluir su propio trabajo en Saved: My Picture World (2022), vendido como una "autobiografía visual". Las palomas fueron el tema de algunas fotos impactantes tomadas en la Plaza Trafalgar de Londres en 1981. (Si alguien hiciera una lista de las mejores fotos de palomas, esta de John Speirs seguramente sería la mejor, pero una de Keaton fácilmente podría quedar en segundo lugar; aunque quizás también debemos considerar las fotografías tomadas por palomas reales).

Keaton describió cómo las aves la distrajeron de filmar un papel demandante en Reds (por el cual luego recibió una nominación al Oscar). "No estoy segura de por qué empecé a tomar fotos de las palomas", escribió. "Podría haber sido por su constante y maniático descenso sobre cientos de turistas que parecían disfrutar la escandalosa proximidad de nuestros supuestos amigos emplumados". Tras su muerte, la organización de derechos de los animales PETA emitió un comunicado elogiando el amor de Keaton por los animales (adoraba a su golden retriever, Reggie) pero que mencionaba específicamente su cariño por las palomas.

Otro segmento en Saved muestra a Keaton dirigiendo su cámara al Hollywood Boulevard para capturar a sus habitantes más discretos: celebridades de la Z, artistas callejeros, recibidores de estudios. "En lugar de elegir capturar a fabulosas estrellas de cine, yo estaba en busca de los llamados ‘desechables’. Pensaba en ellos de la misma manera en que pienso en mí misma… solo un alma más perdida buscando algún tipo de redención", dijo.

Keaton nunca fue reconocida como la actriz que era cuando tomaba las fotos, pero no todos aprobaron este trabajo secundario: "Recuerdo tomar fotos de un señor mayor particularmente elegante que vio mi flash, corrió tras de mí y me lanzó una bolsa de papas fritas a la cabeza".

Los retratos sin nombre de Keaton del mundo de Hollywood eran otra faceta de su obsesión con lo ignorado, lo poco estudiado, lo olvidado. Pero en realidad, a ella le interesaba todo. Un capítulo en Saved está dedicado a "Diagnósticos Clínicos de Enfermedades de la Boca", con imágenes de un hallazgo de mercado de pulgas particularmente espeluznante.

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Los otros libros de Keaton centrados en imágenes (también escribió dos memorias) son un testimonio de esa amplia gama de intereses y predilecciones. Está Fashion First (2024) con un prólogo de Ralph Lauren; una exploración personal de sus elecciones de moda y vestimenta. Su amor por la arquitectura y el diseño se refleja en California Romantica (2008), una variedad de fotos que celebran las paredes de estuco, los techos de teja de arcilla y los arcos prominentes de los estilos California Mission y Spanish Colonial Revival (presentado por DJ Waldie). House (2012) detalla granjas abandonadas y almacenes en ruinas, mientras que The House That Pinterest Built (2017) evaluó cómo planificó toda su casa usando el tablero de imágenes en línea, además de ofrecer consejos de interiores para los lectores.

Keaton también fue una defensora de los talentos olvidados de otros. Cuando adquirió una caja de 40 años con 20,000 negativos que resultaron ser el trabajo de un fotógrafo comercial de Fort Worth – Bill Wood –, Keaton los curó en un libro (Bill Wood’s Business, publicado en 2008) y una exposición acompañante para salvaguardar las peculiaridades y minucias de la vida social y cultural estadounidense. Después, donó todo al International Center of Photography.

En Dead of Night (2021), Keaton y el fotógrafo Nick Reed editaron un libro de imágenes espeluznantes de accidentes automovilísticos tomadas por un forense del condado llamado Robert H Boltz (Keaton había comprado su archivo). Imágenes de claroscuro con una cualidad extraña, son una combinación inquietante de violencia y silencio. La editorial Boltz/Twin Palms publicó un libro y Keaton escribió el prólogo para una colección de fotografías de Ron Galella, el notorio pionero de la cultura paparazzi en Estados Unidos. “Cada persona que aparece en este libro tuvo una relación con Ron Galella”, escribió ella. “Algunos lo negaron”.

Ella era una conservacionista muy dedicada y apasionada de los logros artísticos y culturales. Esto incluye los escritos y fotografías de su problemático hermano (publicados en Brother & Sister, 2020), y también su labor durante dos décadas en la junta directiva de LA Conservancy. (Keaton ayudo a salvar dos casas de Frank Lloyd Wright, en una de las cuales ella vivió; e intentó proteger el Hotel Ambassador de Los Ángeles, uno de sus temas en Reservations y el lugar del asesinato de Robert F. Kennedy).

Desde su muerte la semana pasada, la industria del entretenimiento ha rendido homenaje a Keaton como una actriz brillante y un ícono de la moda – es cierto – pero su legado también debe incluir su influencia en los ámbitos del arte visual, el diseño y la arquitectura. Especialmente, como una vez lo describió la crítica del New Yorker y amiga de Keaton, Janet Malcolm, la “mordaz melancolía” de las imágenes que Keaton produjo con su Rolleiflex. En 2008, cuando recibió el premio del Trustee por el International Center of Photography, Keaton explicó su razón de ser para documentar, coleccionar y curar: “Se olvida y se destruye tanto en nuestra cultura. Todos anhelamos ser recordados”.