Desde principios de junio, las fuerzas de seguridad han detenido a cuatro patrones de pateras que llegaron a Baleares. Dos de los arrestos ocurrieron el 16 de junio y están relacionados con la interceptación de una embarcación cerca de la costa de Llucmajor el día 10. Además, el 2 de junio, una operación conjunta de la Guardia Civil y la Policía Nacional en Ibiza resultó en otras dos detenciones. Estas se suman a cuatro más realizadas en abril.
Todos los detenidos han comparecido ante el juez y permanecen en prisión provisional, excepto un menor arrestado el 16 de junio, cuyo caso está siendo evaluado por la Fiscalía de Menores.
Desde hace semanas, las autoridades advierten sobre la llegada de embarcaciones sobrecargadas y sin recursos suficientes. El hallazgo de varios cadáveres de migrantes con manos y pies atados ha añadido gravedad a las investigaciones.
La patera en Llucmajor había estado a la deriva durante dos días. Según la Policía Nacional, iba sobrecargada y carecía de equipamiento de seguridad, salvo un chaleco salvavidas con un pequeño silbato. Solo llevaba unas pocas latas de combustible, un motor averiado, tres botellas de cinco litros de agua, dátiles y azúcar para las 22 personas a bordo: 17 hombres, cuatro mujeres y un menor, todos somalíes excepto dos sursudaneses.
El viaje en una embarcación de apenas seis metros duró cuatro días. A mitad de trayecto, el clima empeoró y perdieron el rumbo. Las latas de combustible se rompieron, quemando a algunos pasajeros y arruinando comida y teléfonos.
Tras la operación de abril en Ibiza, la Policía Nacional afirmó que estos viajes son “un peligro para la vida de los pasajeros, que suelen quedar a la deriva por días debido al pésimo estado de las embarcaciones”. “Las mafias solo buscan beneficio económico, sin importarles la seguridad de las personas.” Se estima que el costo por persona alcanza los 10.000 euros.
El aumento de cadáveres hallados refleja la falta de seguridad y los accidentes. Pero ahora los investigadores analizan otro aspecto: el motivo de los cuerpos con manos y pies atados. Las tensiones a bordo son una posibilidad. Al tráfico de personas se suma otro delito.
La presidenta balear, Marga Prohens, afirma que el Govern está “muy preocupado y consternado” por los hallazgos recientes. “Es la cara más cruel de algo que venimos denunciando. Las imágenes y noticias nos estremecen. Las mafias se aprovechan de estos dramas humanitarios.”
Prohens exige proteger las fronteras y “un cambio radical en la política exterior y migratoria para acabar con esta tragedia”. Pide al Gobierno español más efectivos de la Guardia Civil y Policía Nacional en las islas, así como “medidas más duras contra las mafias”. “Se acabó el buenismo.”
