La policía federal de Brasil arrestó preventivamente al expresidente Jair Bolsonaro el sábado, solo unos días antes de que comenzara su condena de 27 años de prisión por liderar un intento de golpe de Estado, según informaron las autoridades.
Un asistente cercano dijo que el antiguo líder, que enfrenta multiples problemas judiciales, fue llevado desde su arresto domiciliario hasta la sede de la policía en la capital, Brasilia.
La fuerza policial publicó un comunicado corto, que no nombraba a Bolsonaro, indicando que actuó bajo petición del Supremo Tribunal Federal de Brasil.
Ni la policía federal ni el tribunal supremo dieron más detalles.
La asistente de Bolsonaro, Andriely Cirino, confirmó a The Associated Press que el arresto ocurrió alrededor de las 6 de la mañana del sábado.
Cirino dijo que el expresidente de 70 años fue sacado de su casa, ubicada en una urbanización privada del barrio pudiente de Jardim Botanico, y trasladado a la sede de la policía federal.
A Bolsonaro se le impuso arresto domiciliario a principios de agosto, semanas antes de ser condenado en el juicio por el golpe. Sus abogados suplicaban al Supremo Tribunal Federal que le permitiera cumplir la condena en casa, citando su mala salud.
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro saluda desde su casa en Brasil el 11 de septiembre de 2025.
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Como la mayoría de sus colegas, el juez del Supremo Tribunal Alexandre de Moraes, quien supervisó el caso del golpe, raramente realiza actuaciones judiciales los sábados, a menos que existan riesgos de seguridad.
Medios locales reportaron que se esperaba que Bolsonaro, quien fue presidente de Brasil desde 2019 hasta 2022, comenzara a cumplir su condena la próxima semana, después de que el líder de ultraderecha agotara todos los recursos contra su condena por liderar un intento de golpe de Estado.
El arresto preventivo del sábado no significa que Bolsonaro vaya a permanecer en la sede de la policía federal para cumplir su condena. La ley brasileña exige que todos los condenados comiencen sus penas en la cárcél.
Uno de los hijos del expresidente, el senador Flávio Bolsonaro, ha estado animando a sus simpatizantes a salir a la calle en defensa de su padre desde el jueves.
Se espera que algunos partidarios de Bolsonaro, quienes alegan que está siendo perseguido políticamente, se concentren frente a la sede de la policía federal durante el fin de semana.
El expresidente y varios de sus aliados fueron condenados por un panel de jueces del Supremo Tribunal por intentar derrocar la democracia de Brasil después de su pérdida en las elecciones de 2022 frente al Presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Los fiscales dijeron que el plan golpista incluía planes para asesinar a Lula y para fomentar una insurrección a principios de 2023.
Bolsonaro también fue declarado culpable de los cargos de liderar una organización criminal armada y intentar la abolición violenta del estado de derecho democrático. Bolsonaro ha negado cualquier delito.
Sigue siendo una figura clave en la política brasileña, a pesar de estar inhabilitado para presentarse al menos hasta 2030, tras una decisión aparte del tribunal electoral superior. Las encuestas muestran que sería un candidato fuerte en las votaciones del próximo año si se le permitiera correr.
Bolsonaro es aliado del presidente estadounidense Donald Trump, quien ha calificado su juicio como una “caza de brujas”. Bolsonaro fue mencionado en una orden de julio de la administración estadounidense que aumentaba los aranceles en un 50% para varias exportaciones brasileñas. El viernes, Trump eliminó la mayoría de estos aranceles más altos sobre las exportaciones de Brasil.