Controladores aéreos en Fuerteventura.
Crédito: Enaire.
Una mañana de domingo rutinaria se tornó en una desesperada búsqueda de seguridad cuando avistamientos de drones forzaron el desvío de al menos tres vuelos comerciales desde el Aeropuerto de Fuerteventura, en las Islas Canarias, convirtiéndose en los últimos de una serie de alteraciones aéreas que se han propagado por Europa.
Mientras los controladores aéreos en tierra se afanaban por responder, los incidentes plantearon preguntas apremiantes: ¿Se trata de las temerarias payasadas de bromistas que desafían los límites del peligro, o de una sonda calculada por fuerzas rusas que ponen a prueba la determinación de la OTAN?
Los drones avistados causaron millones de euros en aviones desviados
Las interrupciones en Fuerteventura, un bullicioso centro que conecta con más de ochenta destinos y rebosante de turistas, comenzaron en torno a las 9 de la mañana, hora local. Los controladores aéreos españoles en X emitieron alertas en tiempo real, advirtiendo de un drone avistado “en las inmediaciones del Aeropuerto de Fuerteventura”. El avistamiento, reportado al sur de la pista de El Matorral cerca de la zona turística de Playa Blanca, provocó la inmediata activación de los protocolos de seguridad.
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“Dron avistado en las inmediaciones del aeropuerto de #Fuerteventura. Tráfico de llegada en esperas por seguridad y se mantienen en tierra temporalmente los vuelos interinsulares con destino Fuerteventura. Se cursa aviso a la Guardia Civil,” publicó el grupo.
Otras dos tripulaciones, tras sufrir patrones de espera, optaron por desviarse a Gran Canaria, mientras que un vuelo de Ryanair procedente de Santiago de Compostela se desvió hacia Lanzarote. Los aviones afectados, que llegaban desde Sevilla, Santiago de Compostela y Gran Canaria, transportaban a decenas de pasajeros, muchos de ellos de camino hacia sus anheladas vacaciones al sol.
Se advirtió a los aviones que no aterrizaran tras avistarse drones sobre el aeropuerto de Fuerteventura
Las pantallas del aeropuerto mostraron cancelaciones y retrasos mientras las operaciones de llegada se paralizaban, aunque los servicios se reanudaron en cuestión de horas, según informes locales de El Mundo. No se reportaron heridos y las autoridades han iniciado una investigación, pero la brevedad del incidente oculta su peligrosidad.
La intrusión de drones en el espacio aéreo controlado supone un riesgo letal para las aeronaves, pudiendo provocar colisiones en pleno vuelo o fallos en los motores. Los expertos señalan que incluso los modelos pequeños de aficionado pueden desencadenar parálisis con costes millonarios, evidenciando la delgada línea que separa la travesura de la catástrofe.
Este incidente en las Canarias no es un caso aislado. Durante la última semana, Europa ha sufrido un pico de actividad no autorizada de drones, lo que ha generado un tenso debate sobre sus motivos. En Dinamarca, repetidos avistamientos han paralizado el tráfico aéreo en múltiples ocasiones, siendo las últimas incursiones nocturnas las que se dirigieron a la Base Aérea de Karup, la mayor instalación militar del país nórdico y sede del Cuartel General Multinacional de la División Norte de la OTAN.
La base, que alberga helicópteros, unidades de vigilancia y entrenamiento de vuelo, ha registrado drones sobrevolando la zona por segunda noche consecutiva, lo que ha llevado al ejército danés a elevar el nivel de alerta. La policía noruega está investigando sobrevuelos similares cerca de la Base de la Fuerza Aérea de Ørland, un emplazamiento clave para su flota de cazas furtivos F-35. Al otro lado de la frontera, en el noreste de Francia, drones sobrevolaron la base militar de Mourmelon-le-Grand en Marne, un evento “excepcional” que desencadenó el refuerzo de las medidas de seguridad.
El Ministro del Interior alemán, Alexander Dobrindt, advirtió de una amenaza de drones “alta”, describiéndola como “abstracta pero muy concreta en casos individuales”, y prometió contramedidas defensivas.
Este patrón tiene a la OTAN en vilo. Un portavoz anunció una “vigilancia reforzada” en la región del Mar Báltico al oeste de Rusia, desplegando plataformas de inteligencia, activos de reconocimiento y una fragata de defensa aérea. La Primera Ministra danesa, Mette Frederiksen, no anduvo con rodeos, calificando las incursiones como “ataques híbridos” potencialmente orquestados por Moscú en medio de unas crecientes fricciones geopolíticas.
Putin o bromistas – en cualquier caso – los drones son mortales sobre la pista
Sin embargo, no todo el mundo está convencido de que sea obra del Kremlin. Analistas de seguridad aérea apuntan a una posibilidad más oscura: bromistas en busca de emociones fuertes o operadores aficionados manejando drones comerciales para conseguir fama viral o realizar actos anti-sistema. “Podrían ser jóvenes con resentimiento o *influencers* persiguiendo ‘me gusta’, ajenos al número de víctimas que están arriesgando”, afirmó la Dra. Elena Vasquez, experta en políticas de drones de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA). Recientes detenciones en el Reino Unido y los Países Bajos han apprehendido a aficionados por bromas similares en aeropuertos, a menudo consideradas “inofensivas” hasta que un incidente por los pelos se torna mortal.
En el caso de España, el avistamiento en la isla aislada carece de la sofisticación coordinada de las operaciones militares, lo que podría apuntar a *joyriders* locales que explican la permisividad en las zonas turísticas. Mientras las pistas de Fuerteventura recuperan su actividad, una cosa está clara: la frontera aérea europea es más vulnerable que nunca. Ya sea una broma o una provocación, el mensaje es el mismo: hay que neutralizar las amenazas antes de que ellas nos neutralizen a nosotros.
