DESVELADO: CÓMO FALSOS POLICÍAS Y EMPLEADOS BANCARIOS ESTAFAN POR TELÉFONO A EXPATRIADOS EN ESPAÑA

Una investigación de The Olive Press ha desvelado que estafadores telefónicos de Europa del Este han estado acechando a compatriotas expatriados en toda España, sustrayendo al menos 45.000 euros a solo tres víctimas en menos de un año.

Suplantando a agentes de la Policía Nacional y a funcionarios del Banco de España, los delincuentes se dirigieron a varios ciudadanos búlgaros y rusos residentes en distintas partes del país, exigiendo transferencias urgentes de varios miles de euros a cuentas bancarias en el extranjero.

Las víctimas fueron sometidas a una intensa presión psicológica, que incluyó amenazas de procesamiento judicial e incluso manipulación emocional.

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En un caso, un estafador envió a una víctima un mensaje estremecedor: «¿Cómo vas a mirar a tus hijos a los ojos si pierdes todos tus ahorros?»

La banda empleó la misma artimaña en al menos tres ocasiones: dos en Cantabria el pasado mes de diciembre, en las que una ciudadana rusa y otra búlgara perdieron un total de 38.000 euros, y una en Valencia la semana pasada, donde el grupo extrajo 9.900 euros de una madre búlgara de dos hijos.

La víctima de Valencia, Elena (nombre ficticio) de 49 años, relató a The Olive Press su calvario.

«Me metieron tanto miedo que finalmente accedí a hacer lo que me pedían», declaró.

El martes de la semana pasada, Elena recibió una llamada de una mujer que le habló en búlgaro, aunque con un deje que identificó como ruso o ucraniano.

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Haciéndose pasar por una comisaria de la policía española, la interlocutora afirmó que un familiar de Elena estaba bajo investigación de Interpol y había obtenido ilegalmente un poder notarial sobre su cuenta bancaria en España.

La falsa agente advirtió entonces a Elena que trasladase sus fondos a otra parte para evitar verse arrastrada a la supuesta pesquisa, añadiendo que un empleado del Banco de España se pondría en contacto con ella para indicarle dónde transferir el dinero.

«Me dijeron que si no colaboraba podía terminar en la cárcel», afirmó Elena.

Pronto siguió una llamada del presunto funcionario bancario, que incrementó la presión sobre ella para que realizase una transferencia a una cuenta en Suiza.

Elena solicitó en múltiples ocasiones que hablasen en español, pero los estafadores insistieron en que, al estar involucrada Interpol, toda la comunicación debía realizarse en búlgaro.

Los timadores también enviaron a la víctima una foto de un carnet de la policía española y un documento con la marca de agua del Banco de España, ambos presuntamente falsificados.

El documento falsificado del Banco de España

«Fue aterrador», dijo Elena. «Básicamente, no dejaron de amenazarme hasta que claudiqué».

Tras desprenderse del dinero y percatarse de que había sido víctima de una estafa, Elena denunció el caso ante la policía de Valencia, que confirmó haber iniciado una investigación.

También contactó repetidamente con Swissquote, el banco receptor en Suiza, con la esperanza de que accediese a devolverle el dinero.

Los funcionarios de Swissquote respondieron que estaban investigando el caso, aunque Elena nunca fue derivada a los especialistas en fraude del banco y solo pudo hablar con el servicio de atención al cliente.

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Elena también buscó el apoyo de su propio banco español, La Caixa, pero añadió que los funcionarios hicieron muy poco por ayudarla, explicándole que solo podían esperar y confiar en un reembolso por parte de Swissquote.

«No hicieron absolutamente nada para proteger a su clienta», aseguró Elena.

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El día siguiente al primer contacto, los estafadores volvieron a ponerse en contacto con Elena, esta vez mediante mensaje de texto, exigiéndole que enviase más dinero.

Elena se negó, insistiendo en que los falsos oficiales se reuniesen con ella en Valencia.

Los estafadores repitieron entonces amenazas emocionales similares a las anteriores, advirtiéndole de que podía enfrentarse a una pena de cárcel e intentando hacerla sentir culpable respecto a sus hijos.

Dijeron: «¿Y si no puedes demostrar tu inocencia? ¿Qué vas a hacer entonces? ¿Ganar dinero en la cárcel? ¿Vas a pagar tu deuda desde allí?»

Intercambio de mensajes de texto entre los estafadores y Elena

Esta vez, el falso agente accedió a la petición de Elena de comunicarse en español, pero los textos parecían haber sido traducidos mediante un programa de inteligencia artificial.

La falsa empleada del Banco de España, a quien Elena también instó a cambiar al español, nunca respondió a su petición y, en su lugar, eliminó la conversación.

Elena confirmó que ninguno de los interlocutores le habló nunca en español por teléfono.

Han surgido informes de estafas similares en otras naciones europeas, lo que sugiere que los defraudadores, que parecían reticentes a hablar español, podrían estar operando desde fuera de España.

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En un caso con similitudes asombrosas a los registrados en España, una mujer letona fue estafada con más de 160.000 euros.

Los estafadores la convencieron de que había actividad delictiva en sus cuentas, la indujeron a instalar un software de acceso remoto y la obligaron a transferir grandes sumas, llegando incluso a instruirla para que enviase efectivo a través de máquinas de paquetería.

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En otro caso, un hombre letón perdió unos 12.000 euros tras ser presionado para retirar sus ahorros y entregárselos a supuestos agentes de la ley.

Lituania también ha registrado un repunte de las llamadas de «vishing» (suplantación vocal). Según la Policía lituana y fuentes del sector financiero, los estafadores hablan en ruso, afirman ser de la policía y alegan la existencia de transacciones sospechosas en las cuentas de la gente.

En algunos de estos casos, los defraudadores intentan que las víctimas faciliten sus credenciales de banca online o utilicen herramientas de acceso remoto, poniendo su dinero en riesgo.

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