Julieta Makintach, la magistrada deshonrada cuya intervención motivó la anulación del juicio por el caso de negligencia contra el equipo médico bajo cuya custodia falleció la estrella del fútbol Diego Maradona en 2020, ha sido destituída de su cargo.
Makintach, de 48 años, integraba el tribunal de tres jueces que entendía en la causa contra siete profesionales de la medicina imputados por la fiscalía por el homicidio de Maradona. El deceso ocurrió mientras el astro se recuperaba de una intervención quirúrgica cerebral por un coágulo sanguíneo, tras décadas de lucha contra sus adicciones a la cocaína y el alcohol.
La jueza se recusó tras revelarse que había concedido una entrevista para una miniserie sobre el caso, lo que potencialmente quebrantó numerosas normativas éticas. No obstante, el juicio fue anulado al cabo de dos meses y tras haber declarado cuarenta testigos, entre ellos las atribuladas hijas de Maradona.
El martes, un jurado especial compuesto por magistrados, juristas y legisladores de la provincia de Buenos Aires decidió por unanimidad la remoción de Makintach de su función y la inhabilitó para ejercer futuros cargos públicos. La imputada no se presentó a la breve audiencia administrativa, celebrada en una abarrotada sala de la capital provincial, La Plata.
Entre los asistentes se encontraban la expareja de Maradona, Verónica Ojeda, y su hijo de doce años, Diego Fernando, quienes se fundieron en un abrazo al conocerse el veredicto.
Maradona, considerado uno de los mejores futbolistas de la historia, falleció a los sesenta años por un paro cardíaco y un edema pulmonar agudo, dos semanas después de ser intervenido quirúrgicamente. Una enfermera lo halló sin vida en su lecho.
El equipo médico del futbolista está siendo juzgado por las condiciones de su convalecencia en una vivienda particular y se enfrenta a penas de prisión de entre ocho y veinticinco años en caso de ser hallado culpable de “homicidio con dolo eventual”. Los fiscales tildaron la atención recibida por el ídolo en sus últimos días de extremadamente negligente, arguyendo que fue abandonado a su suerte durante un “prolongado y agonizante período” previo a su muerte.
Se ha fijado un nuevo juicio para el 17 de marzo de 2026, con un tribunal compuesto por tres nuevos magistrados. La anulación del proceso anterior invalida las declaraciones prestadas en más de veinte audiencias, por lo que varios testigos, incluidas las hijas de Maradona —Dalma, Gianinna y Jana—, deberán testificar nuevamente.
‘Error’
El caso se ha centrado en la decisión de los médicos de Maradona de permitir su recuperación en domicilio, con una supervisión y equipamiento mínimos, en lugar de en un centro sanitario.
Makintach había intentado participar o autorizar la filmación de un documental sobre el caso, pero material gráfico difundido en medios argentinos la mostraba, presuntamente, siendo entrevistada por un equipo de filmación en vísperas del juicio.
Consecuentemente, los investigadores incautaron el material de filmación durante allanamientos autorizados, y la fiscalía sostuvo que en él se veía a la jueza “pavoneándose” por los pasillos del tribunal e incluía tomas no autorizadas realizadas durante vistas a puerta cerrada.
Los acusadores la imputaron por emplear recursos estatales para promover una agenda en beneficio propio, y el martes el jurado la declaró culpable de negligencia, quebrantamiento del deber, violación de la confidencialidad y abuso de poder.
Durante el proceso de destitución, la procuradora general provincial, Analía Duarte, acusó a Makintach de mentir, coaccionar, manipular el procedimiento y utilizar bienes públicos para su propio provecho.
Makintach alegó desconocer que la entrevista, solicitada por un amigo, era para un documental y pidió disculpas por su “error”.
“Ofrezco mil disculpas a la familia (Maradona) por no conseguir lo que más anhelaba, que era hacer justicia”, manifestó ante el jurado en audiencias previas.
La exmagistrada sigue sujeta a una investigación penal independiente por su conducta en el caso y ya no goza de la inmunidad asociada a su anterior cargo.
Fuera de la sala, Ojeda afirmó que el fallo supone “cinco años de lucha para la familia” e insistió en que Makintach “debe afrontar las consecuencias que procedan”.
Su abogado, Mauro Baudry, celebró la decisión e instó a los tribunales a “pasar página” y centrarse en el nuevo juicio de los siete acusados que enfrentan cargos de homicidio.
Una de las hijas de Maradona, Gianinna, escribió en Instagram que recuperar la fe en el sistema de justicia argentino supuso “un alivio para el corazón” después de “tanta bazofia”.
Guillermo Sagües, del Colegio de Abogados de San Isidro, uno de los denunciantes de Makintach, declaró a la prensa que sus actos habían “ridiculizado” el sistema judicial argentino. Sus abogados defensores no respondieron a las solicitudes de declaración.
– TIEMPOS/AFP