Los viajeros estadounidenses tienen puesto sus ojos en Europa para el 2025, con Grecia, Francia y Croacia liderando la lista de destinos soñados.
Crédito: Aleksandr Ryzhov, Shutterstock
Entonces, ¿cuál es el destino europeo de moda para los americanos en este momento? Una pista: no es París, y no los verás haciendo cola en el Coliseo para un selfie con un gladiador.
No, 2025 es el año en que los viajeros estadounidenses decidieron cambiar el rumbo. Quizá son los influencers de viajes en TikTok, o demasiadas horas en Netflix, o quizá—después de tantos años de “Si es martes, esto debe ser Bélgica”—la gente busca algo un poco menos obvio.
El boom de Grecia: Ya no es solo para lunameleros
Empecemos con la sorpresa: Grecia. Antes, los americanos ponían un alfiler en Mykonos o Santorini, pasaban tres días derritiéndose bajo las cúpulas azules y volvían a casa con una maleta llena de aceite de oliva. Ya no.
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Este año, Grecia encabeza la lista de “lugares imprescindibles” para los viajeros estadounidenses—las búsquedas han aumentado un ridículo 350%. Si te imaginas turistas quemados por el sol subiendo a cruceros, piénsalo otra vez. ¿Lo que está pasando de verdad? Los americanos están descubriendo rincones tranquilos—los pueblecitos pesqueros de Creta, la parte menos turística de Paros, los rincones salvajes del Peloponeso. Unos dicen que es el azul infinito, otros el espíritu de “siempre es hora de algo”, pero sobre todo, la gente quiere un lugar donde… respirar.
Pregúntale a cualquier viajero y te dirá: “Pasamos una semana en una casa de piedra con tres tabernas y dos cabras como vecinas. Casi no usé zapatos. Creo que ya soy griego.”
Croacia, Portugal y más allá: El nuevo Viejo Mundo
Pero no solo Grecia está en auge. Las búsquedas de Croacia han aumentado un 83%. Hay algo en su costa—escarpada, salvaje, salpicada de pueblos medievales y playas que realmente cumplen las expectativas. Parece que los americanos finalmente han escuchado el secreto que los europeos susurran desde hace años: evita las multitudes, toma un ferry y prueba el vino local.
Portugal también sube un 25%, y no solo por los azulejos de Lisboa. El Algarve, Oporto, incluso pueblos del interior aparecen en más itinerarios. Hay un hambre real por lugares más pequeños, amigables, quizá un poco fuera del circuito turístico.
Francia e Italia, esos clásicos eternos, siguen altos en reservas (Francia lleva la corona con un 32%). Pero el gran cambio es lo que la gente hace al llegar. Olvida las listas de deseos—Normandía y Dordoña están en auge. ¿Por qué? Porque después de años de “París en dos días”, los americanos quieren comidas largas, mercadillos y paseos por campos sin turistas.
Tendencia slow travel: Por qué escapar de la prisa es el lujo definitivo
Es curioso: hace unos años, la moda era visitar cuantos más países mejor—”¡Hice ocho países en diez días!” era como una medalla. ¿Ahora? Todo va sobre las “vacaciones lentas”.
Si le preguntas a Oliver Bell de Oliver’s Travels, te dirá que se trata de privacidad, autenticidad y vivir como un local. Los americanos quieren espacio para cocinar, un jardín para leer y quizá un panadero cascarrabias que no hable inglés. Son las pequeñas cosas: el café mañanero con vistas a olivares, el vecino que te trae huevos, encontrar el mejor sitio para picnic sin querer.
La Toscana, Provenza, Apulia, el Loira—todas esas regiones de postal—están viendo estancias más largas y grupos más grandes. Y si te preguntas por qué Normandía ha subido un 600% en búsquedas o Dordoña un 250%, no es solo por el queso. Los americanos descubren la alegría de alquilar una casita, comprar demasiado pan y fingir—solo por una semana—que son franceses.
Reservas de viajes: ¿Adónde van realmente los estadounidenses?
Soñar es una cosa; reservar es otra. Francia sigue liderando, pero Italia, España y, ¡sorpresa!, el Reino Unido le siguen de cerca. (Quizá las empanadas de Cornualles y los paseos por Cotswolds son más atractivos de lo que pensábamos.)
¿La conclusión? Ya sea en un pueblo griego, un puerto croata o una granja francesa, los viajeros americanos dejaron de perseguir monumentos. Buscan momentos: descubrir un puesto en el mercado, nadar al atardecer, la comida más lenta del mundo.
Tendencias 2025: El wanderlust americano se vuelve más sofisticado
Así que la próxima vez que veas a un americano despistado en un pueblo de Dordoña, no te sorprendas. Lo más probable es que no esté perdido—está justo donde quería estar. Quizá se quede más tiempo. Quizá, como tantos antes, empiece a soñar con mudarse para siempre.
Una cosa es segura: esta nueva invasión americana trata de encontrar alegría en lo cotidiano, ya sea un jardín en Francia o un escalón soleado en Grecia. Quizá van por buen camino.
¿Cuál es tu destino slow ideal? El mapa está abierto—sigue tu instinto y no olvides el vino.
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