Según los investigadores, el grupo operaba de manera coordinada, aunque su presunto líder—descrito como el miembro más violento—a menudo actuaba por su cuenta.
Murcia, 23 de agosto de 2025 — La Guardia Civil de la Región de Murcia, en colaboración con la Policía Local de Los Alcázares, ha desmantelado una banda criminal acusada de una serie de robos con violencia y hurtos en el municipio. La operación, denominada “Cofilatón”, resultó en la detención de cuatro sospechosos que ahora enfrentan cargos por allanamiento de morada (2 casos), robo con violencia (2 casos), hurto (3 casos), tenencia ilegal de armas, amenazas, detención ilegal, agresión y pertenencia a organización criminal.
La investigación comenzó el pasado mes de febrero tras dos incidentes violentos que conmocionaron la localidad de Los Alcázares. En el primero, un joven armado con una pistola irrumpió violentamente en una caravana estacionada en Los Narejos. Los ocupantes opusieron resistencia, impidiendo el robo. Minutos después, en una playa cercana, un encapuchado agredió al conductor de un vehículo, golpeándolo en la cabeza con una pistola antes de sustraerle su teléfono móvil.
Tras estos hechos, la unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación, recabando declaraciones de las víctimas, analizando grabaciones de cámaras de seguridad y rastreando el teléfono robado. Las pruebas condujeron prontamente a un primer sospechoso—un joven residente local con conocidos vínculos delictivos con otras tres personas de la zona.
Según los investigadores, el grupo operaba de manera coordinada, aunque su presunto líder—descrito como el miembro más violento—a menudo actuaba por su cuenta.
El caso dio un giro inesperado cuando se alertó a los agentes de una riña en un polígono industrial de Los Alcázares. Al llegar, las patrullas hallaron al presunto líder herido, con cortes de arma blanca en el cuello, la espalda y la mano. Fue inmediatamente puesto bajo custodia. Los investigadores determinaron posteriormente que habían estallado disputas internas dentro de la banda: según los indicios, el hombre había sido forzado a subir a un vehículo en contra de su voluntad por otros miembros antes de que estallara la altercado.
Operativos posteriores condujeron a la detención de los restantes sospechosos. Se cree que el grupo fue responsable no solo de robos en domicilios y hurtos de bicicletas, sino también de delitos más graves que involucraron intimidación y violencia.
Con estas detenciones, la Operación Cofilatón ha desmantelado efectivamente una organización criminal que se encontraba activa en Los Alcázares, restableciendo la sensación de seguridad en la comunidad.