Desglose de los 167 millones de euros en bienestar de Cataluña

Confianza pública bajo presión: Cuando las instituciones fallan en vigilarse a sí mismas

Entre 2016 y 2024, más de 167 millones de euros en ayudas sociales se pagaron incorrectamente en Cataluña. Una madre soltera recibe un subsidio al que no tenía derecho, un joven desempleado supera el límite de patrimonio permitido, y un funcionario en Nou Barris desvió 400.000 euros a cuentas equivocadas… hasta que un compañero lo denunció.

Según el último informe de la Sindicatura de Comptes, más de 220.000 casos presentaban irregularidades. Y ahora el gobierno quiere recuperar ese dinero. ¿Qué pasó, quién es responsable y por qué está el sistema de bienestar catalán bajo la lupa justo cuando más se necesita?

La auditoría

En junio del 2025, la Sindicatura de Comptes publicó un informe sobre los programas de bienestar social entre 2016 y 2024. No fue un escándalo en el sentido tradicional, sino una acumulación de fallos sistémicos.

En ocho años, el gobierno catalán mal asignó al menos 167,5 millones de euros de fondos públicos, distribuidos así:

  • 70,6 millones en pensiones no contributivas
  • 43,7 millones en subsidios de independencia
  • 36,1 millones en renta garantizada de ciudadanía
  • El resto, en ayudas a la vivienda y para jóvenes

    En total, 227.990 casos irregulares, reflejando graves lagunas administrativas. Ahora, la Generalitat busca recuperar 155,9 millones. Aunque 7,17 millones ya han prescrito, lo cual genera polémica si se reclaman judicialmente.

    El informe no habla de robos, sino de disfunción: burocracias superpuestas, criterios contradictorios y errores estructurales.

    ¿Qué causó la pérdida de 167 millones?

    La oficina auditora describió el sistema de ayudas como un laberinto de programas con plazos, criterios y métodos distintos. En algunos casos, una persona podía calificar en 2021, pero al no actualizar sus datos en 2023, nadie lo notaba.

    Además, los trabajadores soportaban cargas excesivas y la elegibilidad dependía de autodeclaraciones sin verificación. Sin registros digitales integrados, una parte del sistema ignoraba lo que hacía la otra.

    Falta de recursos, controles internos débiles: en Barcelona, una trabajadora social desvió 400.000 euros durante años sin que ningún sistema lo detectara. Solo salió a la luz porque un compañero la denunció.

    Responsabilidad: ¿Quién debe pagar?

    En octubre de 2024, la política de ERC Mònica Martínez propuso una amnistía para familias vulnerables que recibieron ayudas por error. La Sindicatura rechazó la idea: exige recuperar 155,9 millones "sin excepciones".

    Aquí no solo hay un problema legal, sino ideológico: ¿priorizar el perdón o la rendición de cuentas, aunque genere malestar?

    Si el sistema fue opaco e ineficiente, ¿deben los ciudadanos asumir las consecuencias?

    El caso de Barcelona: fallo interno

    En Nou Barris, una trabajadora social desvió casi 400.000 euros. Lo llamativo no fue el fraude, sino que se descubrió por una alerta humana, no automatizada. La misma empleada ya había sido señalada antes en Montcada, pero siguió gestionando ayudas.

    Esto revela un sistema que no se autocorrige, donde el fraude pasa desapercibido… hasta que alguien decide actuar.

    Entre el apoyo y el escrutinio

    Un sistema de bienestar debe proteger a los vulnerables y mantener la confianza pública. Cataluña falló en ambos. Ahora, mientras el gobierno reclama fondos, miles de personas reciben avisos de devolución por ayudas que creían legítimas.

    Recuperar el dinero será fácil comparado con reconstruir la confianza perdida.

LEAR  Cómo Phoebe Gates y Sophia Kianni utilizaron métodos Gen Z para recaudar $8 millones para Phia