Descubren un planeta gigante alrededor de una pequeña estrella

Un espectáculo insólito en el espacio: Representación artística del gigante gaseoso TOI-6894b orbitando su pequeña estrella enana roja, desafiando lo que los científicos creían posible sobre la formación planetaria.
Crédito: X- Nirmata
@En_formare

Un planeta que no debería existir, pero existe… Si crees que el espacio está lleno de sorpresas, tienes toda la razón. Pero de vez en cuando, el universo logra dejar sin palabras hasta a los astrónomos más experimentados. ¿El último enigma? El descubrimiento de un planeta gigante gaseoso—imagina Saturno, pero un poco más grande—acurrucado junto a una estrella tan diminuta que la mayoría de expertos nunca creyó posible tal pareja.

Esta extraña pareja cósmica fue hallada en un rincón de la galaxia más conocido por sus astros pequeños que por gigantes. La estrella, con el nombre poco memorable TOI-6894, es una enana roja clásica: pequeña, tenue y con apenas una fracción de la masa de nuestro Sol. Cualquier libro de texto diría que es el último lugar donde buscarías un planeta de este tamaño. Sin embargo, ahí está.

Cómo los astrónomos descubrieron este gigante: Ciencia, serendipia y telescopios espaciales

La historia comienza con un equipo de observadores usando el telescopio espacial TESS de la NASA—un satélite dedicado a cazar planetas más allá de nuestro Sistema Solar. Escaneaban el cielo en busca de mundos que, francamente, no deberían existir. Cuando notaron una disminución reveladora en la luz de TOI-6894, sospecharon que algo interesante bloqueaba su brillo. Ese “algo” resultó ser un gigante gaseoso, ahora llamado TOI-6894b.

Pero no bastó con detectarlo una vez. El equipo recurrió a algunos de los telescopios más grandes del mundo—incluido el Very Large Telescope en Chile—para verificar. No fue casualidad: el planeta está realmente ahí, y es enormemente masivo en comparación con su estrella anfitriona.

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Por qué este descubrimiento tiene a los astrónomos rascándose la cabeza

Te preguntarás: ¿por qué tanto alboroto por un planeta lejano? Al fin y al cabo, ¿no han descubierto ya miles de exoplanetas? Es cierto, pero TOI-6894b es especial porque contradice casi todo lo que creíamos saber sobre cómo se forman los planetas.

La teoría básica dice que los gigantes gaseosos necesitan mucho material—un disco grueso de gas y polvo girando alrededor de una estrella joven—para formar un núcleo sólido y luego atrapar una capa de gas. Estrellas pequeñas como TOI-6894 simplemente no deberían tener suficiente materia prima para lograrlo.

Como dijo el profesor Daniel Bayliss de la Universidad de Warwick: “Siempre pensamos que estrellas pequeñas como esta no podrían formar planetas grandes. Ahora sabemos que estábamos equivocados, ¡y nos queda mucho por entender!”

TOI-6894b: El gigante gaseoso que desafía a los astrónomos

Hablemos de números: TOI-6894b es un poco más grande que Saturno, pero pesa la mitad, lo que lo hace increíblemente hinchado. Aún más extraño, completa una órbita en poco más de tres días—un abrir y cerrar de ojos comparado con los gigantes de nuestro Sistema Solar, que tardan años.

Y hay otro giro: la mayoría de gigantes gaseosos descubiertos son “Júpiters calientes”—pegados a sus estrellas y abrasadores. Pero TOI-6894b está, relativamente hablando, en el lado frío: solo 420 kelvins (unos 147°C). Bastante fresco para un planeta tan cerca de su sol.

¿Por qué importa esto?

Porque si hay algo que los científicos adoran, es un misterio. Si una estrella diminuta como TOI-6894 puede albergar un gigante gaseoso, quizás estas parejas inusuales sean más comunes de lo que jamás imaginamos. Eso significaría que podría haber innumerables mundos “imposibles” ahí fuera, demostrándonos que estamos equivocados.

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También implica que misiones como TESS podrían tener que replantearse dónde buscar. Quizás las estrellas más pequeñas y olvidadas esconden los mayores secretos.

Ahora que lo han encontrado, los astrónomos están ansiosos por estudiarlo mejor. Planean usar el Telescopio Espacial James Webb—el observatorio más potente del mundo—para analizar su atmósfera. Los primeros indicios sugieren que podría ser rica en metano, algo inusual para un planeta de este tamaño y temperatura.

Estudiar su atmósfera podría ayudar a entender cómo se formó—y, quién sabe, tal vez revelar secretos sobre la formación de nuestro propio Sistema Solar.

Cómo el descubrimiento de TOI-6894b cambia nuestra visión de los planetas

Si eres fan de la ciencia ficción, es un recordatorio de que el universo sigue lleno de sorpresas. Para el resto, es la prueba de que incluso en 2025, aún hay descubrimientos “imposibles” esperando en las estrellas.

Como dijo el Dr. Vincent Van Eylen del University College London: “Cada vez que creemos tenerlo todo resuelto, el universo nos muestra que ni siquiera hemos arañado la superficie.”

Así que la próxima vez que mires al cielo nocturno, recuerda que algunas de esas estrellas débiles podrían albergar mundos inimaginables—planetas que desafían nuestras teorías, expanden nuestra imaginación y mantienen a los científicos desvelados, descifrando el último enigma cósmico.

Una cosa es segura: en la astronomía, siempre hay que esperar lo inesperado.

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