Un estudio revolucionario ha descubierto que la grasa parda podría incrementar la quema de calorías y propiciar la pérdida de peso.
Se ha identificado un nuevo mecanismo por el cual la grasa parda –una forma de tejido adiposo que consume energía– es capaz de acelerar el metabolismo corporal.
Este tipo de grasa posee un interruptor secreto generador de calor que podría contribuir a combatir la obesidad.
Según una investigación publicada en Nature y llevada a cabo por científicos de la Universidad de Washington en St. Louis, este tejido consume energía celular y produce calor, lo cual mejora la salud metabólica.
La clave reside en una enzima denominada ACOX2, localizada en pequeñas estructuras internas de los adipocitos pardos.
Incluso cuando el principal proceso de quema de grasas del organismo se desactiva, esta enzima continúa funcionando, oxidando ciertos ácidos grasos y liberando calor.
Al potenciar esta enzima en los ratones de laboratorio, los animales quemaron más calorías, mantuvieron un peso más bajo y mostraron un mejor control glucémico.
El cuerpo humano puede sintetizar estos ácidos grasos, pero estas moléculas también están presentes en productos lácteos y son generadas por ciertos microorganismos intestinales.
Esto sugiere que la administración de dichos ácidos grasos –ya sea mediante la dieta, probióticos o nutracéuticos– podría estimular esta vía termogénica y favorecer la reducción de peso.
Los investigadores también analizan el desarrollo de compuestos farmacológicos capaces de activar la ACOX2 y potenciar dicho proceso metabólico.
Entre los alimentos ricos en estos ácidos grasos se incluyen pescados azules como el salmón o las sardinas, frutos secos, aguacates e incluso el chocolate negro.
«Estimular este tipo de proceso metabólico podría fomentar la pérdida o el control del peso de una manera quizás más sostenible a largo plazo que las dietas tradicionales y el ejercicio», afirma el Dr. Irfan Lodhi, participante en el estudio.
Aunque la investigación se realizó en ratones, los científicos consideran que esta vía de quema de grasas recién descubierta también podría desempeñar un papel en el metabolismo humano.
Estudios previos ya habían demostrado que las personas con niveles más elevados de los ácidos grasos específicos utilizados por la ACOX2 tienden a presentar índices de masa corporal (IMC) más bajos.
De cara al futuro, Lodhi pretende investigar si modificaciones dietéticas o nuevas terapias que incrementen estos ácidos grasos y activen la ACOX2 podrían ayudar a las personas a quemar más calorías y perder peso.
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