Conocido también como el Castillo de Alcalá o Hisn al-Qala, el Castillo de Benissili se encuentra en el término municipal actual de la Vall de Gallinera. Crédito: joanbanjo / Creative Commons
PATRIMONIO PRESERVADO
El Ayuntamiento de la Vall de Gallinera, en colaboración con la Diputación de Alicante, ha emprendido una ambiciosa misión para salvaguardar uno de los monumentos históricos más fascinantes de la Costa Blanca: el Castillo de Benissili. La primera fase de los trabajos de consolidación, respaldada por una inversión de 273.472 euros, se ha centrado en estabilizar la estructura del castillo, gran parte de la cual se encontraba en riesgo de derrumbe.
Encaramado en lo alto de la Vall de Gallinera, el Castillo de Benissili —también conocido como Castillo de Alcalá o Hisn al-Qala— se remonta al siglo XI. Antaño residencia de Al-Azraq, se convirtió en el centro neurálgico de las revueltas mudéjares que siguieron a la conquista cristiana del Reino de Valencia en el siglo XIII. Su ubicación estratégica le permitía custodiar la entrada al valle desde la vecina comarca del Comtat.
La mención más antigua de Benissili aparece en 1245, en el Tratado de Pouet firmado entre Al-Azraq y el infante Alfonso de Aragón. Tan solo tres años más tarde, se convirtió en el epicentro de la primera rebelión mudéjar. El rey Jaime I tomó la fortaleza en 1258 tras una prolongada campaña, cediéndola posteriormente a varios nobles antes de que evolucionara en un señorío feudal. A lo largo de los siglos, fue testigo de numerosos conflictos y cambios de propiedad, reflejo del turbulento pasado medieval de la región.
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Los recientes trabajos de restauración han sido exhaustivos. Las excavaciones arqueológicas revelaron los niveles estructurales originales, guiando la reconstrucción de las murallas del albacar y las áreas de la celda. El camino de acceso ha sido reconstruido con la técnica tradicional de la piedra en seco, y se han estabilizado tramos del recinto superior para evitar un mayor deterioro. Una plataforma de madera recrea ahora el suelo original del castillo, permitiendo a los visitantes explorar su interior con seguridad. Los ingenieros también repararon la antigua cisterna y restauraron una pequeña “cabaña alemana” del siglo XX —una curiosa reliquia construida por un antiguo fugitivo nazi que vivió oculto cerca de Llombai.
La segunda fase del proyecto, financiada con 107.757 euros adicionales, continuará con el refuerzo estructural y mejorará el acceso para los visitantes. Al preservar el Castillo de Benissili, el Ayuntamiento de la Vall de Gallinera reafirma su compromiso con la protección del patrimonio rural y garantiza que esta extraordinaria fortaleza —antaño símbolo de rebelión y refugio— perdure para las generaciones venideras.
